María Jesús Azor (Almería, 1972) es jefa de Nacional en Canal Sur y ocupa la Secretaría General de la Asociación de la Prensa de Sevilla (APS). Desde su puesto repite insistentemente la necesidad de que el periodismo sea honesto para que la sociedad sea consciente de que sus profesionales son más necesarios que nunca. Debemos recuperar la relación directa con la sociedad, sostiene esta periodista de la primera promoción que salió de Andalucía.
María J. Azor, en la sede de RTVA // J.M. Espino (Atese) ¿Tan difícil era darle el giro que le ha dado la Junta directiva actual a la Asociación de la Prensa de Sevilla? Hacían falta ganas y gente que se implicara de verdad en el giro. En la Asociación de la Prensa estamos abiertos a ideas y propuestas con las que consigamos la unidad en la profesión para abordar los problemas que ésta tiene.
Han logrado que los profesionales sientan orgullo y respeto por la asociación que les representa. Se está produciendo algo de eso. Se está acercando a la asociación gente joven y gente con muchos años de experiencia que nunca antes se interesó por la asociación. Ahora hay movimiento. Cuando se ve una oferta interesante, los profesionales responden. Estamos saliendo de la cueva y creando conciencia de grupo. Los niveles de paro que soportamos son muy altos, por encima incluso de la construcción. Esto la sociedad debe saberlo.
Cuando han convocado actos de protesta ha llamado la atención la ausencia de estudiantes de la Facultad de Comunicación. ¿A qué puede deberse esta desmovilización? Pues a que están en los estudios y no en el mercado laboral. Para acercarlos a la asociación y para que vean que es necesario involucrarse, la asociación ha creado la figura del preasociado. No es miembro de pleno derecho pero lo que intentamos es concienciarlos de lo útil que es estar asociado. La asociación está ya en torno a los 1.000 asociados, lo que nos convierte en la segunda más importante del país, por detrás de Madrid. Y esto responde a que se están haciendo cosas. Intentamos responder a las necesidades que tienen los profesionales.
¿Son los medios digitales la solución a los altos índices de paro teniendo en cuenta que estos requieren de una estructura pequeña en comparación a los medios tradicionales? Ya no hay medios de comunicación donde no haya habido recortes. En todos ellos, las condiciones en las que trabajan los profesionales son precarias. Hay que luchar contra esto y abordar soluciones desde un enfoque diferente. Los medios digitales pueden ser una salida. Tenemos que reinventarnos con formación y, sobre todo, ser martillo pilón para que a la sociedad le llegue que los periodistas somos necesarios. Somos su garantía de que el poder no le engaña.
Le pedimos a los políticos que sean transparentes, ¿no sería conveniente que el periodista también lo fuera, es decir, que dijera a la sociedad cómo desempeña su trabajo? Lo que nos ha faltado es honestidad. Es un pilar básico. Decir la verdad y cumplir con las reglas están en horas bajas. El buen periodismo es necesario. El otro no hace falta ni que exista. Nos hemos dejado llevar por el poder.
¿Es muy difícil ejercer con honestidad desde un medio público y haciendo política? En teoría debería ser fácil, pero es difícil tanto en un medio público como en uno privado. Es una lucha diaria y, al final, la gana el periodista porque es nuestro deber. Está nuestra honestidad en juego. Me gustaría pensar que la sociedad detecta cuándo el periodista no es honesto.
¿La sociedad actual tiene conciencia crítica? Ahí está el proyecto en escuelas de la asociación con el que pretendemos contribuir a la formación de personas críticas a la hora de enfrentarse a los medios de comunicación. Es cierto que una parte de la sociedad no se informa demasiado, no crea argumentos propios a través de la lectura o de lo que ve en los medios de comunicación.
¿Son los periodistas que hacen información política los que más expuestos están a las presiones? No especialmente. Se puede pensar eso, pero ahí están los compañeros que hacen información económica. O los compañeros de deportes. Yo hago política nacional y Parlamento andaluz y es la pregunta recurrente. Debo decir que no he tenido ese problema pero porque soy guerrera. Peleo mis enfoques. Si a los jefes les mandan determinados mensajes, a mí no me llegan. No me ha pasado en la pública y, cuando estaba en la privada, tampoco.
¿Cómo se trabaja con el PP en Andalucía? Lo que pasa con los partidos políticos, no sólo con el PP, no me gusta nada. Intentan que hagamos menos periodismo: ruedas de prensa sin preguntas, plasmas, intervenciones públicas a las que podemos asistir sólo de oyentes... Intentan hacer nuestro trabajo, que no participemos, y yo eso lo peleo.
¿El periodismo no solo debe reinventarse sino hacer también un acto de contricción? No nos vendría mal, no nos vendría mal.
