"Del Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra aquí no ha venido nadie para nada", critican los tenderos de la plaza de abastos, al tiempo que denuncian el estado "tercermundista" de las dependencias, pendientes de un traslado inminente pero cargado de polémica.
Son las 13.00 horas y apenas hay compradores recorriendo los dos únicos pasillos que tienen puestos en el mercado. Sólo unos cuantos mantienen la persiana levantada. "Es una pena el estado en el que se halla el mercado, pero la culpa es toda del Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra", se lamenta Francisco Calderón al frente de su puesto de carne.
Igual que otros comerciantes, está convencido de que la plaza de abastos carece de vida porque "hay señores que no quieren que esto funcione". Pone como ejemplo la situación que atraviesan muchos comerciantes en la ciudad que han querido abrir un puesto y no han podido "porque ya hace más de 14 años que no conceden una licencia, por lo que lo están dejando morir".
"Para colmo, nos han robado ya en varias ocasiones y no podemos hacer nada para evitarlo", apostilla igual de pesimista Alberto Mallado, detrás de su puesto de pescados y mariscos.
El problema surge ahora con el nuevo mercado que se ubica en la antigua Sevillana Endesa, pues los tenderos del antiguo aseguran que los requisitos para instalar un puesto en el mismo "son inasumibles". Un ejemplo lo pone Juan Antonio Hurtado, que tiene un puesto de ultramarinos en el mercado desde hace 50 años. "El coste de los nuevos puestos es de 4.000 euros, y con estas tarifas es imposible que podamos trasladarnos allí", advierte.
Muchos de ellos llevan toda la vida trabajando en esta plaza de abastos y de no poder trasladarse a la nueva no tendrían otra alternativa que irse al paro. Hay exigencias, como la de abrir por las tardes, para adaptar el mercado a los nuevos tiempos, que tampoco convencen a los tenderos, con los que el equipo de gobierno (PSOE) va a reunirse uno por uno para intentar llegar a un pacto que salve la situación.
Por su parte, compradores como María Díaz, que desde hace 22 años visita a diario el mercado, abogan porque las dependencias no sean trasladadas y explican que en el otro emplazamiento los puestos podrían "perder la clientela". Confía en que no haya "gato encerrado" en las condiciones del traslado al nuevo edificio. "Porque parece que no quieren que se vayan allí los vendedores de toda la vida", tercia.
Carmen Jiménez avisa de que "son 15 familias que se van a la calle si no les ponen unas condiciones mejores para el traslado, por lo que, por lo menos, podrían haber tenido en cuenta el tiempo que llevan trabajando aquí y ofrecerles algunas ventajas".
Sin embargo, las condiciones para irse al nuevo mercado siguen siendo las citadas y los placeros se ven abocados a quedarse en el antiguo, cuyo deterioro es visible para cualquier persona que decide entrar en su interior.
El Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra pretende derribarlo en cuanto sea desalojado ya que, en principio, se prevé ubicar en este lugar un amplio aparcamiento subterráneo, muy demandado por los vecinos, ya que está en pleno centro. También se estudia la posibilidad de ubicar varios locales comerciales en la parte que tiene salida a la calle Gandul, aunque el proyecto no está definido. Incluso se estudia poner una pequeña plaza en este lugar.
