Cultura

Los 'Planeta' dejan de girar

No es tan frecuente que el ganador y el finalista de un premio acaben una gira juntos, y menos aún llevándose bien. Fernando Savater y Ángela Vallvey, los Planeta 2008, han superado la prueba: ayer pusieron fin a su gira promocional en Sevilla, y con una sonrisa.

el 15 sep 2009 / 19:57 h.

No es tan frecuente que el ganador y el finalista de un premio acaben una gira juntos, y menos aún llevándose bien. Fernando Savater y Ángela Vallvey, los Planeta 2008, han superado la prueba: ayer pusieron fin a su gira promocional en Sevilla, y con una sonrisa.

Ocho capitales españolas y un sin fín de entrevistas es lo que esperaba a Savater y Vallvey cuando, el pasado 15 de octubre, el acta del jurado de los premios Planeta los designaba como ganador y finalista, respectivamente. Ayer ya habían cumplido con Madrid, Barcelona, Bilbao, Santiago, Vigo, Zaragoza y Valencia; sólo quedaba Sevilla, adonde llegaron con evidente cansancio pero con el mismo buen humor de dos meses atrás.

En aquella ceremonia, Vallvey había bromeado diciendo que de esta pareja "podría salir algo", y ayer comentaba que no había que tomar esas palabras literalmente, pero en cualquier caso "a mí Fernando no me ha decepcionado en absoluto, es un tipo estupendo con el que no es nada difícil llevarse bien".

Respecto a los posibles celos que asaltan a los escritores premiados cuando uno tiene una crítica mejor que el otro, la manchega aseguró sentir por el autor de La hermandad de la buena suerte tan sólo "una envidia sana. Tengo claro que él es el ganador y yo la finalista. Respecto a las críticas, no leo ninguna desde 2005: me ocasionaba demasiados trastornos mentales", dijo.

"Podría dar pie a una buena novela, la historia de una finalista que mata al ganador el último día de la gira, como en Muertos de risa de Álex de la Iglesia", intervino Savater, para añadir: "Lo de que podía haber romance nunca lo creí, parecía una chica de buen gusto".

El filósofo y escritor manifestó su alegría porque los que estén definitivamente unidos sean los dos libros. "Nos divierte que la gente los ponga juntos en la biblioteca, como la pareja de hecho que son", aseguró. También comentó que, siendo el suyo un libro ambientado en el mundo de las carreras de caballos, "me he encontrado con gente en el hipódromo, de esa que llevas 30 años viendo cada domingo y no sabemos a qué nos dedicamos, que probablemente comprarán La hermandad de la buena suerte y será el primer libro de su vida. Más de uno me ha preguntado: '¿pero dónde se compran los libros?'. Ahora los ves por allí con el libro junto al pecho, como un tentebala".

Aludidos. Vallvey, por su parte, no ha recibido a día de hoy reacciones por parte de los potenciales damnificados de Muerte entre poetas, la novela finalista del Planeta 2008, "pero las temo", bromeó. Algo, sin embargo, ha cambiado para mejor en su correo electrónico: "Antes sólo recibía peticiones de daños y perjuicios, y ahora me llegan sólo felicitaciones", celebró.

Eso de que los lectores más variopintos se identifiquen o den por aludidos por cualquier pasaje de una novela es algo que los escritores tienen asumido, y da pie a situaciones rocambolescas. Mientras Ángela Vallvey jura que ninguno de sus personajes es retrato de nadie, Savater asevera que "yo he intentado reflejar caballos reales, pero claro, ellos no lo saben". A lo que la autora finalista agregó con sorna: "Estoy segura de que esos caballos tienen una personalidad más compleja que muchos poetas".

El tema equino prosiguió en esta última rueda de prensa, pues Savater se lamentó de que su amor por los caballos de carreras no se corresponde con una óptima posición económica para adquirir un ejemplar. ¿Ni siquiera con el premio? "Con el Planeta no te alcanza ni para comprar para y media", comentó.

"Siempre puedes comprarte un caballo por 150.000 pesetas, pero luego tienes que estar dispuesto a ver al pobre animal arrastrándose. Imagínense, sólo el salto de un buen semental sobre la yegua, puede alcanzar los 250.000 euros", advirtió Fernando Savater.

Mucho más cotizado que el salto de cualquier poeta, observaron los periodistas. "Pero los poetas tienen más modalidades: el salto al vacío, el salto a la gloria, el salto del tigre...", concluyó Ángela Vallvey.

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