Miles de policías y miembros de la Guardia Nacional salieron ayer a la calle junto a bomberos, barrenderos y otros civiles para distanciarse de la represión del régimen del ex presidente Zine al Abidine Ben Alí y para abogar por la reconciliación nacional.
"Hemos salido hoy -por ayer- porque queremos la reconciliación nacional", explicó un policía identificado sólo como Hatem. "Muchos de los miembros de las fuerzas de seguridad estaban equivocados (...). Algunos ignorantes han mancillado nuestra reputación (...). Ahora la gente lo sabe", dijo a los periodistas.
Las fuerzas de seguridad han sido objeto de duras críticas por la represión contra las protestas prodemocráticas, especialmente durante las primeras semanas de la revuelta, cuando decenas de manifestantes civiles murieron por los disparos de la Policía. Además hubo cargas policiales y lanzamiento de gases lacrimógenos contra marchas pacíficas.
El Ministerio del Interior tunecino ha reconocido que hasta 78 personas han perdido la vida desde el inicio de las protestas, pero la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, asegura que hay 117 muertos, 70 de ellos por herida de bala."Somos inocentes por la sangre de los mártires", clamaron los policías durante la manifestación de ayer.
Durante la marcha, que ocupó la amplia avenida Burguiba de Túnez, los policías besaron la bandera tunecina y marcharon junto a un camión de bomberos repleto de manifestantes.
Algunos manifestantes intentaron que los militares desplegados se unieran a la marcha. "Los ciudadanos tienen una idea equivocada de los policías. Nosotros también estábamos oprimidos. No tenemos nada", se lamentó otro de los participantes.En este ambiente de revuelta, el primer ministro de Túnez, Mohamed Ghannouchi, prometió abandonar el cargo "en el plazo de tiempo más corto posible", concretamente después de las elecciones presidenciales. "Prometo interrumpir toda mi actividad política después de que concluya mi mandato como presidente del gobierno de transición", señaló Ghannouchi en un emotivo discurso retransmitido el viernes por la noche por la televisión pública tunecina.
Ghannouchi, aliado de Ben Alí durante sus 23 años de mandato, aseguró además que el actual gabinete va a derogar todas las "leyes antidemocráticas". Durante la presidencia de Ben Alí se sintió "asustado, como todos los tunecinos", señala ahora. El primer ministro ha abandonado la gubernamental Reagrupación Constitucional Democrática (RCD), y apunta a que el Gobierno necesita "manos limpias" así como políticos experimentados para manejar la transición a la democracia plena.
El Gabinete de transición establecido tras la marcha del presidente depuesto Zine al Abidine Ben Alí ha hecho público su objetivo de celebrar elecciones dentro de seis meses, si bien todavía no ha fijado una fecha concreta.
Ayer por la mañana Ghannouchi presidió una reunión del nuevo Ejecutivo en una sede fuertemente guardada por efectivos de las fuerzas de seguridad de Túnez.
Entretanto, el viernes comenzaron los tres días de luto en recuerdo a las al menos 78 víctimas mortales de las protestas que comenzaron en diciembre contra el régimen.