Las galerías subterráneas, uno de los patrimonios más ricos y desconocidos de Alcalá de Guadaíra están saliendo a la luz gracias al trabajo llegado a cabo por la Sociedad Espeleológica GEOS, que acaba de renovar un contrato con el Ayuntamiento para continuar su exploración. Este entramado de galerías subterráneas datan de la época romana y se utilizaban para transportar el agua desde este municipio hasta la ciudad de Sevilla.
En 2001 el Ayuntamiento decidió poner en marcha un proyecto de recuperación de estos túneles. La Sociedad de Espeleología GEOS comenzó entonces los trabajos de exploración del acueducto subterráneo y descubrió que hay toda una red con, al menos, ocho nacimientos de agua natural.
Gracias a sus importantes descubrimientos el contrato con Geos se ha ido renovando para explorar nuevos túneles, concretamente este año Geos concluirá el levantamiento topográfico de la Galería 'Oromana' y explorará lumbreras en el sector 'Zacatín" para ver su posibilidad de comunicación con la iglesia de San Sebastián, punto final de la red principal de galerías.
Asimismo, otra de las actuaciones previstas en esta nueva intervención arqueológica será establecer acceso por lumbreras de la calle San Juan para localizar el nacimiento del manantial de Santa Lucía y hacer un estudio topográfico de la cámara inferior del Molino de la Mina, así como comenzar la exploración inicial de tramos de galerías de cronología siglo XIX, como son los casos del sector 'La Aceña' y 'La Retama'.
Al respecto, la concejal de Patrimonio, Ana Cuesta, ha señalado que gracias a este convenio "se sigue apostando por conocer más sobre el legado patrimonial de Alcalá de Guadaíra con objeto de protegerlo y difundir la enorme riqueza del patrimonio natural y, en este caso, geológico del municipio".
Hallazgos . Genaro Alvarez, presidente de la sociedad espeleológica asegura que el trabajo no ha sido fácil "había muchas creencias sobre el recorrido de los corredores. Muchos pensaban que ascendían hasta el castillo. Desde el comienzo tuvimos que bajar del mundo de la leyenda al mundo real".
GEOS ha realizado una cartografía exhaustiva de dos de los 13 kilómetros perforados que se han hallado en el municipio y, al menos, se conoce el trazado de ocho. Los mayores impedimentos los han encontrado en la zona céntrica, donde muchos tramos se encuentran inundados y para extraer el agua deberán utilizar los huecos que hay a 14 metros en la superficie, llamados lumbreras pues, desde abajo, la extracción sería muy peligrosa.
Estos arqueólogos, que trabajan sin ánimo de lucro gracias a la subvención de 6.000 euros que les pasa anualmente el Ayuntamiento, tienen que recorrer muchos de los tramos a gatas o con trajes de neopreno, debido a la estrechez ya que muchas paredes tienen 90 centímetros de ancho.
La zona más accesible es la del Molino de la Mina. Una vez al año el Consistorio organiza una jornada de puertas abiertas, el año pasado pasaron por la Mina más de 160 personas.
Gracias a la cartografía, ahora se sabe que en el Molino había dos niveles de agua, uno que subía en invierno y otro que bajaba en verano.
