Tras un año y medio de caída de los precios del aceite de oliva, el anuncio de que se retirará producción del mercado ha tenido el efecto deseado, pues han repuntado ya un 10%. Sin embargo, el oro verde que se guarde se sumará en las almazaras con la próxima cosecha.
Dilema en el olivar andaluz. Si bien el almacenamiento privado autorizado por Bruselas para el aceite de oliva -guardar cosecha a cambio de ayudas- está sirviendo para elevar los precios, entre sus requisitos figura inmovilizar la producción durante seis meses, y eso conlleva esperar hasta enero próximo, cuando la campaña está en plena recolección y las almazaras han de tener despejada la despensa para acoger el nuevo oro verde.
Quizás sea ésta una de las claves que explican la escasa aceptación de esa fórmula comunitaria, que incentiva la retirada de aceite para impulsar las cotizaciones, durante la primera fase de la licitación pública (la almazara acude a la Consejería andaluza de Agricultura, le expone cuánto quiere almacenar y se le da el visto bueno o no) que se abrió el 1 de julio pasado. Fueron 16.150 toneladas de 35 empresas. "Son pocas", admite la consejera Clara Aguilera. Para hacerse una idea, sólo un 1,6% de la última cosecha estatal y el 2,3% de la producción que todavía quedaba por vender a principios de junio, según los datos que constan en la Agencia Nacional para el Aceite de Oliva.
El presidente de la Federación Andaluza de Cooperativas Agrarias (Faeca) y director gerente de la empresa malagueña Hojiblanca, Antonio Luque, precisó ayer que sólo el anuncio de que se iba a almacenar aceite ha propiciado una revalorización "del 10%" en los mercados de origen (esto es, a salida de almazara), para así rondar los 1,80 euros por kilo.
No obstante, lamentó el tiempo perdido pues, dijo, la mitad del olivar andaluz ha entrado en pérdidas durante la última campaña debido a la caída de los precios, y si éstos no remontan, la otra mitad correrá idéntico riesgo en la que viene. Luque, asimismo, se quejó de que la inmovilización se prolongará hasta enero, "cuando estaremos recolectando la cosecha propia". En su opinión, tal reserva debería levantarse cada dos meses (esto es, que se pudiera vender en periodos bimestrales).
Mientras, Aguilera, quien clausuró ayer en Sevilla la Asamblea General Anual de Faeca, confió en que vaya más aceite a la segunda fase de la licitación del almacenamiento privado, que se estrenará a mediados de este mes.
Sobre la situación de la primera aceitera del país, Grupo SOS, dueño de Koipe y Carbonell, el también director gerente de Hojiblanca confió en que se solucionen pronto los problemas surgidos en la composición de su accionariado "por el bien de la compañía y del conjunto del olivar español", al tiempo que mostró su pesar por no haberse fraguado una estrategia empresarial regional para entrar en el capital.
Por otro lado, Luque hizo un repaso al sector agroganadero regional, del que dijo encontrarse en crisis, no tan aguda como en el resto de actividades económicas, pero crisis al fin y al cabo. "Es un año difícil".
Aunque el directivo salpicó sus argumentos con críticas a la Junta de Andalucía por no prestarle la atención debida al campo regional -"sus deseos y anuncios deberían convertirse en realidad"-, trasladó a los socios de Faeca la necesidad de trabajar con la Consejería en la resolución de los problemas, aunque constató la "inquietud" y la "presión" de éstos para convocar movilizaciones. Si para otoño no hay soluciones, la federación sí estudiaría protestas. "Hacen falta por parte de la Consejería planteamientos concretos", sentenció Antonio Luque.
La consejera de Agricultura replicó que la Junta de Andalucía ya está tomando medidas para paliar la crisis en el sector agrícola y ganadero regional. "Se suma la crisis económica global con la situación difícil del campo", y destacó la protección del agricultor socio de cooperativa frente al que no lo es.
