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Los precios se ceban en la cesta

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero habla cargado de razón cuando avisa de que el pesimismo nunca crea empleo ni hace mejorar la economía. Es muy cierto. Sólo el reconocimiento de la realidad y la adopción de inteligentes medidas por quienes tienen que diseñarlas es capaz de corregir en parte un ciclo económico de vacas flacas.

el 15 sep 2009 / 05:50 h.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero habla cargado de razón cuando avisa de que el pesimismo nunca crea empleo ni hace mejorar la economía. Es muy cierto. Sólo el reconocimiento de la realidad y la adopción de inteligentes medidas por quienes tienen que diseñarlas es capaz de corregir en parte un ciclo económico de vacas flacas. Porque la cadencia pendular de la economía capitalista (a un periodo de crisis le sucede otro de bonanza y así una vez tras otra) hace muy complicado nadar contracorriente. Las cifras, en una y otra situación, son siempre muy tozudas. Ahora le ha tocado el turno a los alimentos y a los automóviles. Los primeros han subido en la Unión Europea hasta niveles desconocidos en la historia reciente. España se encuentra en la mitad de la tabla del repunte general. Mucho más aún lo sufren las naciones de reciente incorporación al club europeo. Las causas de este incremento, que ataca directamente a la cesta de la compra y asusta especialmente al consumidor, al ciudadano, están relacionadas con las malas cosechas y la irrefrenable demanda de alimentos de los grandes países emergentes. El mundo se encuentra hoy en un nuevo escenario en términos alimentarios y la UE acertará si hace autocrítica cuanto antes y adopta medidas no sólo que eviten más subidas brutales sino que alejen el fantasma del desabastecimiento, una posibilidad todavía remota pero no imposible. Las ventas de vehículos es el otro gran indicador del frenazo del consumo. Su caída en mayo era desconocida en España y más aún en Andalucía. Los datos hacen añicos las previsiones de un mes tradicionalmente bueno para el sector. Alimentos y automóviles son dos buenos parámetros para deducir que la economía española y mundial están en sus horas bajas. Aunque el ciudadano también debe saber que España crece todavía bastante más que Estados Unidos. No es gran consuelo pero ayuda a comprender mejor la situación y quizá rebaje los alarmismos estériles.

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