La tasa española de inflación armonizada -medida igual en todos los países de la Zona del Euro- se situó en marzo en el 1,4%, cinco décimas más que en febrero, lo que supone el quinto registro positivo consecutivo tras ocho meses de caídas, las primeras desde que comenzó a elaborarse en 1997.
Así se desprende del indicador adelantado del índice de precios de consumo armonizado (IPCA) difundido ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) que, si coincide con la inflación general (IPC), que se conocerá el 15 de abril, también supondrá el quinto mes con tasas interanuales positivas.
El INE señala que este aumento es consecuencia, principalmente, del incremento de los precios de los carburantes y del mantenimiento de los precios de la alimentación, frente al descenso que ambos capítulos experimentaron en marzo de 2009. En este sentido hay que destacar que hace un año el barril de petróleo Brent costaba 47,30 dólares de media, frente a los 81,17 dólares actuales.
Desde el pasado agosto, mes en el que el IPC empezó a moderar su caída, la evolución del precio del petróleo ya era responsable de las tasas negativas del IPC y del IPCA, debido a que la diferencia del barril de Brent se había equilibrado.
Los aumentos históricos del carburante llevaron al IPC al 5,3% en julio de 2008, su cota máxima, pero ya en agosto de ese año los precios, en tasa interanual, comenzaron a moderarse hasta alcanzar registros negativos por primera vez en marzo pasado.
El Banco de España consideró ayer que para 2010 se espera un "cierto incremento" de la tasa de inflación, hasta una media anual en torno al 1%, cifra en todo caso reducida, "habida cuenta del posible impacto del aumento del IVA a partir del verano".
Desde Análisis Financieros Internacionales (AFI), Sara Baliña mostró su sorpresa por el fuerte repunte de la inflación, ya que su previsión era que ese incremento fuera sólo de dos décimas.
Baliña atribuyó parte del aumento de los precios al sector servicios y la cercanía de la Semana Santa, si bien también apuntó la posibilidad de que se haya producido un incremento en la inflación subyacente, que excluye los elementos más volátiles como la energía y los alimentos no elaborados. En cualquier caso, mantuvo la previsión de que la inflación cierre el año en el 1,6%.
Idéntico pronóstico para final de 2010 tiene la analista de Funcas María Jesús Fernández, aunque destacó que dependerá de la evolución del precio del petróleo, más que del comportamiento del resto de componentes.
