Cultura

Los premios Ateneo de Sevilla se suben al futuro

Las últimas ganadoras son publicadas en tres formatos

el 05 nov 2010 / 21:32 h.

Rubén Castro celebra un gol ante el Rayo Vallecano.
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La ganadora de la XLII edición del premio Ateneo de Sevilla de novela, Vanessa Montfort, y la del XV Ateneo Joven, María Zaragoza, recibieron ayer algo más que el cheque y el trofeo que acreditan su victoria. En un acto celebrado en la sede de la propia institución hispalense, fueron presentadas las obras galardonadas, por primera vez en su larga historia, en los tres formatos con los que cuenta actualmente el mercado editorial: libro convencional, impresión bajo demanda y libro electrónico.

Así lo dieron a conocer el presidente del Ateneo, Alberto Máximo, y el director de Algaida Ediciones, Miguel Ángel Matellanes, que acompañaron a las autoras junto a Luis Abril, presidente de la empresa Publidisa, y Ramón Pernas, ganador del Ateneo de Sevilla 1999.

Vanessa Montfort, que se dio a conocer como novelista en 2006 al conquistar el Ateneo Joven con El ingrediente secreto, aseguró que "esta ciudad, que casi me ha adoptado, es ya un talismán en mi carrera. Cuando llego a Santa Justa me cambia hasta el ánimo", afirmó, para hacer a renglón seguido un elogio del galardón recién obtenido: "En 42 ediciones, han ganado escritores tan diferentes que se demuestra que el Ateneo de Sevilla lleva todos estos años apostando por una sola cosa: por la literatura".

La obra de Montfort (Barcelona, 1975), Mitología de Nueva York, narra la historia de Daniel Rogers, un jugador infiltrado en la policía en el mundo de las apuestas ilegales que anda tras la pista de Los Hijos del Azar, una asociación criminal que se juega la vida de sus víctimas a los naipes. La vida de este hombre dará un giro inesperado cuando se tropiece con Laura, una pintora sin éxito procedente de algún lugar de Europa, y a cuyo destino entenderá que está ligado cuando descubran juntos un misterioso libro, precisamente titulado Mitología de Nueva York.

"Hasta ahí la novela de intriga con un pie en la fantasía y algo de amor tortuoso que quería brindarle a los lectores", explica la autora. "Pero quería darle a los lectores aún más. Hacer que los protagonistas se crucen con Audrey Hepburn en Tiffany's, oír la conversación en un bar de los personajes de Woody Allen o toparse en un semáforo con los bailarines de Fama a la salida del Actors Studio", agrega.

Todo ello con Nueva York como telón de fondo, "esa ciudad mítica y eterna que, suele decirse, es más un estado mental que otra cosa. O, como dice un personaje de la novela, "está en nuestro imaginario genético justo antes de nacer".

De Nueva York a Madrid, María Zaragoza (Madrid, 1982) se impuso en las deliberaciones del jurado del Ateneo Joven con Dicen que estás muerta, "una novela de suspense en la línea de Alfred Hitchcock", según sus propias palabras, "que cuenta la historia de una muchacha que aparece muerta en una calle de Madrid, con una peluca rubia y un cuchillo chino clavado en el pecho". Zaragoza confesó que el título de esta obra, sacado de la letra de una canción de Jaime Urrutia, "llegó antes que la novela, que empezó siendo un cuento y acabó teniendo 400 y pico páginas".

"El género de la novela negra", prosigue la autora, "suele darle mucha importancia a la identidad del asesino y despreciar al muerto. A mí me apetecía hablar de ese personaje olvidado. El lector sabe que la chica está muerta porque lo cuentan los personajes, cada uno a su manera", adelanta María Zaragoza.

Preguntadas por su familiaridad con los soportes electrónicos, ambas reconocieron no tener ningún lector de este tipo en casa. "Tendré que acostumbrarme, porque soy un desastre para estas cosas, pero la idea me gusta", aseguró Zaragoza.

Vanessa Montfort, por su parte, confesó haber usado algún material de lectura de este tipo "buscando algunos libros inencontrables", pero se deja convencer: "Espero que me regalen un i-pad las próximas navidades", comentó.

"Creo que estas nuevas tecnologías van a democratizar la lectura y llegar a más gente. Todavía no sabemos cómo van a afectar a los géneros literarios, pero estoy segura de que lo sucederá como con la llegada del cine y la televisión. Nos encontramos ante una revolución", apostilló la barcelonesa.    

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