Andrés García, señalando uno de los numerosos desperfectos que presenta el azulejo publicitario de la calle Tetuán.
La familia propietaria del emblemático azulejo del coche Studebaker de la calle Tetuán reclama a las autoridades que les concedan los permisos para restaurarlo y que autoricen la elevación del mismo a la altura del primer piso de la casa, para evitar que siga sufriendo el continuo vandalismo que padece.
Andrés García, uno de los responsables del negocio familiar de la joyería Chico, propietaria del azulejo, explica que hace unos años comenzaron a realizar todos los trámites oportunos ante la Gerencia de Urbanismo y la Comisión Provincial de Patrimonio de la Junta de Andalucía pero finalmente terminaron "aburridos" ante todas las trabas que les puso la administración. "El último intento lo hicimos en 2008 y en Cultura un técnico nos dijo que el azulejo no se podía elevar unos metros porque los coches no volaban", aseguró.
Este argumento no es válido para García ya que en la zona centro de la ciudad hay una gran variedad de azulejos publicitarios que están a bastante altura del suelo -como el de la antigua armería Zulategui de la calle Sierpes- "y a pesar de que tienen varias décadas no han tenido que ser restaurados nunca". El del coche Studebaker de la calle Tetuán, que data de 1924, fue restaurado "por única y última vez en 1978 y ahora misma necesita otra intervención porque está en muy mal estado de conservación".
Esto se debe, según García, a los continuos actos de vandalismo que sufre a diario. "Si te fijas bien hay pintadas hechas con rotulador, y algunos azulejos están arañados o picados porque alguien se ha entretenido en romperlos. También está la clásica persona que se apoya en la pared y pone el pie en el azulejo o la manifestación de turno que pasa por la calle y el azulejo termina lleno de pegatinas".
Durante el mandato del anterior Gobierno municipal también mantuvo una reunión con el exconcejal de Urbanismo, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, quien les propuso que cedieran la propiedad del azulejo al Consistorio y que éste se haría cargo de su restauración cuando hiciera falta. "Nos negamos a ello porque no podemos cederlo y además dudo que se conserve cada vez que sea necesario, sólo hay que ver la Plaza de España", recordó.
