Las fuerzas rebeldes tomaron ayer la ciudad libia de Ras Lanuf, ubicada en el este del país y que cuenta con una importante terminal petrolera, según confirmaron ayer dos miembros de la lucha contra el régimen de Muamar Gadafi.
Mientras, las fuerzas leales al dictador confían en recuperar el control de la localidad de Zawiya, 50 kilómetros al oeste de Trípoli y en poder de las fuerzas rebeldes. Para ello está negociando con los comandantes insurgentes con el fin de que entreguen las armas y se rindan.
"Creemos que Zawiya estará bajo pleno control del Gobierno posiblemente esta noche -por anoche-", señaló el portavoz gubernamental, Musa Ibrahim. Preguntado sobre la información de la televisión estatal que indicaba que la localidad estaba bajo control de las fuerzas gubernamentales, el portavoz precisó que "no totalmente, pero casi". Este asedio del dictador libio provocó ayer la muerte de al menos 30 civiles en el asalto a Zawiya, según un testigo. "He estado en el hospital hace menos de quince minutos y había decenas de muertos y muchos heridos. Hemos contado 30 civiles muertos", indicó.
También, las tropas gubernamentales bombardearon ayer un depósito de armas situado a las afueras de la ciudad de Benghazi, en el este del país y controlada por los opositores, según el portavoz de la Coalición 17 de Febrero.
A pesar de los bombardeos que ha ordenado el dictador Gadafi, los rebeldes insisten en que no se rendirán hasta que Gadafi abandone el poder, tras 41 años. De hecho, ayer afirmaron que atacarán Trípoli cuando la comunidad internacional imponga una zona de exclusión aérea en el país norteafricano. "Si se aplica la zona de exclusión aérea, el próximo objetivo será Trípoli", declaró el portavoz rebelde Abdulá al Mahdi a la cadena de televisión qatarí Al Yazira.
De hecho, tanto Reino Unido y Francia afirmaron el pasado jueves que la intensificación de la violencia podría llevar a imponer esa medida, aunque el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, advirtió de que para ello habría que destruir antes las defensas aéreas de Libia.
A pesar de todas las advertencias internacionales, las fuerzas del mandatario libio bombardearon ayer de nuevo Brega, según la cadena Al Arabiya. No obstante, dos fuentes consultadas por Reuters en esa ciudad dicen no saber nada del ataque. Al mismo tiempo, la aviación gubernamental bombardeó muy cerca de los muros de la base militar de la ciudad de Ajdabiya, en el este de Libia, en la que se encuentra un importante arsenal y que se encuentra en poder de los grupos opositores, pero no consiguió alcanzarla.
alerta de interpol. Con el objetivo de detener al dictador, la Interpol emitió ayer una alerta global contra el dirigente, y otras quince personas del país norteafricano, incluidos miembros de su familia, para advertir a los países miembros del "peligro que plantea el movimiento de estas personas y sus bienes" así como para ayudar a la aplicación de las sanciones acordadas por la ONU. Según el comunicado de Interpol, la medida también tiene por objeto ayudar al Tribunal Penal Internacional (TPI) en su investigación de los presuntos crímenes contra la Humanidad cometidos en Libia durante las revueltas que se están produciendo estos días.
Como muestra de que Gadafi sigue haciendo caso omiso a la comunidad internacional y continúa con su estrategia, las autoridades británicas interceptaron un buque cargado con unos 100 millones de libras esterlinas en dinero libio, unos 116 millones de euros, y lo escoltaron hasta un puerto británico, según informó el diario británico The Guardian. El buque regresó esta semana a aguas británicas tras no haber conseguido atracar en Trípoli el pasado fin de semana por la inseguridad que sufre la capital libia. Un portavoz del departamento británico de Interior no quiso concretar la cuantía de la carga pero señaló que el dinero libio está sometido a las sanciones de la ONU y que el Gobierno británico tiene una orden de control que prohíbe la salida de moneda libia hasta el próximo año.
Por último, el Gobierno libio autorizó ayer de forma definitiva al Ejecutivo de Venezuela para que cree un equipo mediador con el que pretende lograr "la seguridad y la estabilidad" en el país magrebí, según confirmó el ministro de Asuntos Exteriores venezolano, Nicolás Maduro. Maduro leyó una carta que le había remitido su homólogo libio, Moussa Koussa, en la que concedía una autorización al Gobierno de Hugo Chávez "para seleccionar los integrantes y coordinar la participación en ese diálogo".