Sólo cinco días. La Estrella, el Mago de la Ilusión, el Gran Visir y, cómo no, sus Majestades de Oriente cuentan ya las horas para la gran tarde-noche en la que serán los amos de Sevilla. Antes, como suele ser habitual, el Ateneo -organizador de la Cabalgata- celebró ayer, en el restaurante La Raza, el acostumbrado almuerzo con los protagonistas, ésos que repartirán caramelos y demás chucherías a miles de pequeños -y no tan pequeños- el 5 de enero.
Tan elevada misión requiere de una preparación física y mental, como acreditaron ayer los personajes distinguidos. Las agujetas serán muchas el día después y la exigencia del respetable será importante. "Me estoy encontrando músculos que no sabía que tenía", afirmaba ayer el Rey Melchor, el ex hermano mayor del Buen Fin, Carlos Bourrellier.
Algo similar han notado sus colegas de trono: Fernando Rodríguez, presidente de Rohepi, como Gaspar; y Alfonso Guajardo-Fajardo, teniente de hermano mayor de la Real Maestranza de Caballería, como Baltasar. Durante el ágape se habló de la posibilidad de que algún año la Cabalgata parta del coso maestrante. Habría un inconveniente: los preparativos en las carrozas se harían al aire libre y si llueve...
