Nada más proclamarse los Saints campeones de la cuadragésima edición del Super Bowl al vencer por 31-17 a los Colts de Indianápolis, en el Sun Life Stadium de Miami, las calles del barrio francés, que ya estaban llenas de personas explotaron en un júbilo único por el gran triunfo que había conseguido el equipo local.
El partido además se disputó en el primer fin de semana de la temporada de desfiles de Carnaval y la inmensa mayoría de los participantes vistieron los colores negro y oro de los Saints, el equipo local.
Las calles de Canal y Bourbon Street, como preámbulo de lo que iba a suceder en Miami, ya habían comenzado a celebrar el posible triunfo de los Saint en el desfile inicial de las festividades del famoso Mardi Gras.
El tema del desfile de este año estaba dedicado a "Barkus festeja el Super Bowl", en honor a los Saints, que ahora regresaran a la ciudad con su primer título de Super Bowl en 21 años de historia.
Carros alegóricos con conductores enmascarados ofrecieron un festejo sin precedente para miles de personas que comenzaron su celebración mucho antes de que empezara el Super Bowl.
En el Barrio Francés, los festejos vespertinos iniciaron con la procesión de "Krewe of Barkus", un minidesfile de perros vestidos con uniformes de los Saints. Un perro labrador amarillo participó en el desfile que pasó frente a la Catedral de San Luis, vestido como el ala cerrada de los Saints, Jeremy Shockey, con una peluca rubia y tatuajes falsos por sus patas debajo del uniforme número 88. Irónicamente, Shockey iba a ser uno de los jugadores claves en el triunfo de los Saints después de conseguir el segundo "touchdown" del equipo que le dio la primera ventaja y definitiva en el marcador (24-17).
Las autoridades locales establecieron un dispositivo de seguridad para controlar las celebraciones de los miles de personas que llenaron por completo las calles del barrio francés.
