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Los samurái vuelven a Coria

El descendiente del noble guerrero que hace 400 años trajo a los japoneses a la localidad sevillana se reencuentra con el pasado en un foro empresarial.

el 13 nov 2012 / 18:57 h.

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En el año 1613, cuando en Japón las distintas corrientes cristianas procedentes de Europa se disputaban la hegemonía evangelizadora y Occidente comenzaba a penetrar en esta cultura oriental, un señor feudal, Masamune Date, decidió enviar a España una expedición diplomática y comercial que se denominó Keicho, y que tenía como objetivo entrevistarse con el rey de España Felipe II, así como con el Papa, para estrechar lazos y solicitar el envío de misioneros para poner paz a rivalidad entre jesuitas y franciscanos. Al mando de aquel grupo de más de cien nipones puso a uno de sus más fieles samurái, Hasekura Tsunenaga. Aquel viaje, que debía arribar a Sevilla, nunca llegó a su destino. Las dificultades para subir el Guadalquivir desde Coria del Río hasta la capital les hizo quedarse en esta localidad, donde acabaron fundando una colonia cuyo rastro llega hasta nuestros días, a través del apellido Japón que portan más de 600 corianos.

El año que viene se cumple el cuarto centenario de esta aventura, que será conmemorada por el Ayuntamiento de Coria y otras instituciones. De momento ayer se celebró en Sevilla un foro empresarial hispano-japonés que aprovechó para recordar esta vinculación entre los dos países y que trajo hasta la capital andaluza al XIII descendiente del primer samurái que pisó esta tierra, también llamado Hasekura.

"Por fin he podido pisar España. Llevo desde hace 22 años queriendo venir a Sevilla, desde que se celebró en Tokio una exposición sobre la embajada de Keicho. Allí vi archivos y retratos y, desde entonces, he querido venir a esta tierra", relató ante una delegación empresarial de españoles y japoneses.

"Gracias a aquella expedición, mi antepasado pudo conocer con sus ojos cosas que nadie de su país había visto antes", destacó. Aquel viaje duró siete años que marcaron tanto a los expedicionarios, que una decena no regresó a Japón, estableciéndose en Coria, donde todavía hoy se ven restos de la cultura japonesa.

Cuando por fin la misión volvió a su tierra, el Gobierno japonés ya había impuesto un régimen de aislamiento nacional a fin de defenderse de las culturas europeas y del cristianismo. "No pudo aprovecharse nada del viaje de mi antepasado", lamentó Hasekura. El descendiente del recordado guerrero, que visitó el fin de semana Coria vestido con el atuendo tradicional de samurái, aseguró que se emocionó al conocer a algunos vecinos de esta localidad, apellidados Japón. Y ayer, en el Archivo de Indias, donde se celebró este encuentro, dijo que espera poder resolver las incógnitas no resueltas en estos cuatro siglos.

La intención de este foro y del propio heredero del samurái es estrechar las relaciones entre España y Japón. "Eso es lo que soñaba Masamune, aunque haya tardado 400 años en convertirse en una realidad". De hecho, Hasekura prometió volver en 2013 para la celebración de la efemérides.

Este descendiente del guerrero que capitaneó aquella delegación está ya jubilado y, aunque nunca fue samurái, puesto que en 1860, en la época Meiji, dejaron de existir, presume de un pasado que lo vincula inexorablemente a España.

A este encuentro acudieron numerosos empresarios españoles, entre ellos el exministro Josep Piqué, así como el rector de la UNIA, Juan Manuel Suárez Japón, que recordó que el apellido Japón en Coria procede de esta expedición, que se marchó de Sevilla en 1617, aunque hasta 1646 no apareció en el padrón municipal el primer vecino con este apellido, cuyo linaje llega hasta nuestros días.

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