Carmen Latorre se ha inspirado para crear "Cabriola" en la imagen de la famosa artista Marisol, sobre todo en los años que van de 1963 a 1965, cuando una joven artista jovencita consigue enamorar al público en general. Una forma también de apostar por nuestra juventud, representando trajes muy juveniles y a la vez muy renovadores, pero con un aire muy sesentero. Es un recorrido por esa "Nueva Cenicienta", "Búsqueme a esa chica" y la inolvidable "Cabriola", películas que marcaron un antes y un después en la vida de muchas españolas.
Este punto de partida sirve a Carmen Latorre para crear una colección con talles muy marcados en la cintura, escotes de pico o redondos, pero muy abiertos hacia los hombros, discretos pero elegantes. Los vuelos son muy abiertos desde media cadera y los trajes tobilleros, algunos más cortos por delante que por detrás, pero siempre sin olvidar la comodidad del traje de flamenca, que apuesta también por volantes que simulan las formas de los abanicos, caracterizados por un gran plisado y un vuelo que abre como claveles.
Los tejidos son muy variados y van desde el plumety y la organza bordada hasta los elastans, batistas bordadas, piques de algodón, sedas naturales e incluso aplicaciones de bolillos valencie y cenefas de corcho.
La colección se ha caracterizado por los tonos muy intensos, pero sin olvidar la paleta de los empolvados: rojos, buganvilla, malvas, amarillos, verde esmeralda, azules, degradación de los rosas, azul cielo, camel y beige, sin olvidar el clásico negro para las noches de feria.
Por último, los complementos son muy extremos, bien tipo aros y con formas redondas, bien pequeños pero con la misma formas redondeadas. También ha recurrido a las flores delante de la cara, para que den color a la imagen, poca peina y poco collar. En sustitución, el mantoncillo adquiere una gran importancia cogido con alfileres y con fleco corto.
