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Los sevillanos desaparecidos en Haití están bien

Los familiares de Carmen Villar y Max Garnier, de nacionalidad haitiana, están intentando localizar al matrimonio de médicos y a su hija, de 13 años, que estaban pasando las vacaciones en la isla.

el 13 ene 2010 / 18:45 h.

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Los cinco sevillanos que estaban en Haití en paradero desconocido tras el terremoto que sacudió el país la noche del pasado martes, confirmaron ayer que se encuentran en buen estado. Son el matrimonio de María del Carmen Villar y Max Garnier y la hija de ambos, Gisela, de 13 años; la monja Teresa Ybarra y el padre del abogado Max Adam.

La primera noticia sobre el paradero de estos sevillanos llegó ayer al mediodía. Fue cuando Gisela envió un SMS a una prima de Barcelona diciéndole que estaban bien. Poco después, el Ministerio de Exteriores se ponía en contacto con los familiares del matrimonio en Sevilla y les confirmó la información.

El hermano de Carmen, Antonio Villar, aseguró que el ministerio les ha dicho "que van a intentar que vuelvan en alguno de los aviones de ayuda que han enviado al país". Antonio aseguró que "después de dos días de angustia y de no saber nada" por fin les ha llegado la "tranquilidad" de saber que no les ha pasado nada y que "en pocas horas o días estarán todos juntos de nuevo".

Junto a esta familia, la sevillana Teresa Ybarra, religiosa de la congregación Jesús y María que forma parte de una de las tres comunidades que esta congregación tiene en Haití, confirmó ayer que también se encuentra bien.

Ybarra pudo contactar con sus familiares en Sevilla, a los que relató los daños que ha sufrido la casa que alberga a la comunidad como consecuencia del seísmo, según comprobó la institución Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) durante la mañana ayer. Esta comunidad se encuentra en la diócesis de Puerto de Paz, en el noroeste de la isla, donde viven unas 250.000 personas.

El último en acabar con su angustia por no tener información fue el abogado sevillano Max Adam, de cuyo padre, de su mismo nombre, haitiano de nacimiento y de 66 años, no tenía noticias. Max Adam hijo había estado durante los dos últimos días intentando hablar con su padre, profesor de universidad en la capital del país, Puerto Príncipe, sin ningún resultado.

La angustia iba creciendo cuando pasadas las 20.30 horas, el letrado sevillano confirmó mediante un mensaje rotundo ("¡¡Está vivo!!") que al fin había tenido noticias de su padre.

Por su parte, el vicario general de la Archidiócesis de Sevilla, Francisco Ortiz, envió el pasado miércoles una circular a todos los párrocos y rectores de templos en la que les comunica que, por expreso deseo del arzobispo, Juan José Asenjo, las colectas del próximo domingo se deben destinar "a ayudar a los damnificados por la catástrofe humanitaria que ha causado el terremoto de Haití, a través de Cáritas Española".

 

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