Los sevillanos están por debajo de la media en todas las estadísticas de consumo de drogas salvo en una, la del cannabis. Aquí los porros se fuman más que en Andalucía, más que en el resto de España. Los consumidores se enganchan antes de cumplir los 17.
Los datos aportados ayer por el Observatorio Español sobre Drogas (OED), extraídos de su encuesta anual, desvelan que en la capital andaluza hay un serio problema con la marihuana. Si en España y en el resto de la comunidad andaluza hay un 2% de personas de entre 14 y 65 años que confiesa que consume porros a diario, en Sevilla esa cifra se dispara hasta el 3,1%, es decir, hay un 50% más de consumidores habituales, con el riesgo de dependencia que conlleva; entre el 7 y el 10% de los consumidores acaban generando adicción, apunta el Ministerio de Sanidad y Consumo, del que depende el Observatorio.
Cuatro de cada 10 encuestados en Sevilla reconocen que han probado los porros alguna vez -la media española es de tres de cada diez-, y la edad media de iniciación al consumo es de apenas 16,6 años. Por tanto, aquí se empieza también antes a fumar marihuana (flores secas y machacadas del cáñamo) o hachís (el polen prensado de la flor), pues en Andalucía la edad es de 16,8 y en España, de 17 años.
Frente a los usos puntuales del cannabis con fines terapéuticos, el OED alerta del consumo habitual "tan elevado" como el que se registra en la capital andaluza. Y lo hace exponiendo los efectos "reales" de una droga "considerada en ocasiones un divertimento". A saber: el cannabis, gracias al THC, el delta-9-tetrahidrocanabidol que contiene, pasa de inmediato a la sangre al inhalarlo como un porro, y desencadena la llamada borrachera cannábica, un combinado de sequedad de boca, ojos rojos, descoordinación, taquicardia, sueño, risa incontrolada, alteración de la memoria o falta de concentración. De la euforia se puede pasar al llanto, a la emotividad, y después al desinterés total por las cosas.
Si se somete al cuerpo a esos cambios de forma constante, se pueden generar dificultades de aprendizaje, brotes psicóticos, agresividad, depresión, ansiedad y psicosis, afirma el Observatorio.
El consuelo. Las notas de Sevilla no son buenas si hablamos de marihuana, pero queda el consuelo de que la encuesta de Sanidad le aporta niveles de consumo de otras drogas por debajo de la media. Así, un 28,5% de los encuestados se confiesa fumador diario (el tabaco, esa otra droga legal), frente al 32,8% que se registra como media nacional. Los chavales empiezan con los cigarros a los 17 años. También es menor el porcentaje de los que confiesa haber bebido alcohol en su vida (62% frente a 64,6%), y el de los que están en riesgo de caer en un consumo "excesivo" (5,8 frente a 7%). Los consumos tanto de tabaco como de alcohol están descendiendo paulatinamente desde hace tres años.
Un 8% de los encuestados ha consumido cocaína (sobre todo jóvenes de 18 a 34 años), frente al 11% que lo confiesa en el resto del país; la heroína, residual en Sevilla (0,1%), sigue enganchando notablemente en España (15,1%). En el sur se abusa poco de los hipnóticos (un 0,6% de los sevillanos afirma que los toma, frente al 5,1 de la media nacional), pero sí que se ha detectado un pico de subida en éxtasis y anfetaminas (0,9 y 1%, respectivamente).