Los símbolos religiosos, como biblias y crucifijos, seguirán siendo testigos de primera mano en los actos de tomas de posesión de los cargos públicos, como por ejemplo el presidente del Gobierno o los ministros, después de que el Congreso de los Diputados rechazase la proposición no de ley, registrada por IU e ICV, que contó con seis abstenciones, nueve votos a favor y 309 en contra.
El diputado de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, defendió el texto de su propuesta como un paso adelante en la creación de un "protocolo de aconfesionalidad" acorde con el carácter aconfesional del Estado, proclamado en la Constitución. Sólo el BNG expresó su apoyo a la medida y sólo un grupo, el del PNV, presentó una enmienda con el fin, no ya de suprimir el crucifijo o la Biblia en las tomas de posesión, sino de eliminar este tipo de ceremonias.
Enmienda. El representante del PNV consideró dichas ceremonias "anacrónicas", carentes de sentido y "superfluas", toda vez que si un cargo público incurre en un caso de corrupción, "nadie le reprocha incumplir" el acatamiento de la Constitución propio de tales actos, sino haber infringido la ley.
El grupo de CiU, representado en el debate por Jordi Xuclá, se mostró en contra de la iniciativa, al igual que el PP, cuyo diputado Eugenio Nasarre manifestó que el Real Decreto que regula los protocolos de los actos de toma de posesión "no necesita modificación". Asimismo, tildó de "extravagante" la enmienda del PNV y destacó que todos los presidentes de la democracia han jurado o prometido la Constitución ante el crucifijo y la Biblia con "naturalidad".
También en contra de la iniciativa de IU y de ICV se ha expresado el secretario general del grupo socialista, Ramón Jáuregui.
