Las dos facciones enfrentadas del PSOE sevillano, ejecutiva y grupo municipal, han convocadas hoy sendas citas para intentar salvar las naves en la crisis que atraviesan a cuenta de la portavocía municipal, que cada uno quiere asignar a un edil de su confianza. No es descartable que, por el contrario, acaben quemando los puentes.
Aunque el objetivo oficial de las reuniones convocadas -a instancias del secretario general de los socialistas sevillanos, José Antonio Viera; y del alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín- es consensuar un portavoz, la cosa empieza mal: Viera citó a los concejales a las seis de esta tarde, y Monteseirín contraprogramó a la misma hora con otra reunión del grupo municipal, lo que obligará a los ediles a decidir a cuál acuden y por tanto de qué lado están, lo que ya está bastante claro: siete con Viera y nueve con Monteseirín.
Estos últimos apoyan el recién firmado decreto de Alcaldía que nombra portavoz al actual hombre fuerte del regidor, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis. Los vieristas reclaman que Celis ceda el cargo, antes de estrenarlo, a Emilio Carrillo, que se pasó por sorpresa al bando contrario antes del congreso de julio, tras haber sido la mano derecha del alcalde.
Monteseirín jugó ayer al despiste sobre su asistencia a la cita convocada por Viera, un encuentro con el grupo municipal en el que el secretario general quería "escuchar" a todos los concejales antes de una reunión de la ejecutiva en la que la dirección socialista pretende solventar el asunto.
El alcalde difiere, alega que la portavocía la designa "el grupo socialista con el alcalde al frente" y esgrime que, si el grupo y el aparato del partido difieren, debe mediar la ejecutiva regional de Manuel Chaves. Una solución extrema, que obligaría al secretario general del PSOE andaluz a optar por uno u otro, o deslegitimar a ambos, y que evidencia no sólo que la situación es muy delicada, sino también que ninguno de los implicados se molesta ya ni siquiera en ocultarlo.
Monteseirín, de hecho, volvió a hacer planear ayer la sombra de Chaves sobre esta crisis al ser preguntado sobre si acudirá a la cita de hoy con Viera: calcó la respuesta que el presidente de la Junta dio el sábado sobre la deuda histórica: "Hoy es un día de fiesta, mañana ya se verá".
Más tarde el alcalde dio una de cal y otra de arena, ya que si hace dos días afirmó que no iría a esta cita, ayer evitó una respuesta clara. Se mostró "optimista" y dijo estar "dispuesto a hacer lo que haga falta" para arreglar la situación "en las próximas horas".
"Vamos a darnos hoy un día festivo, de reflexión, y espero que a partir de mañana podamos encontrar una solución para superar las diferencias", explicó. "Por mi parte no va a faltar", remachó, antes de decir que va a actuar "como lo he venido haciendo, hablando mucho, con mucha gente, mucho tiempo".
El alcalde indicó que la reciente remodelación municipal busca que "los ciudadanos tengan un buen gobierno" y señaló la conveniencia de "colaborar" con el partido. Así, reiteró que hará "lo que haga falta para que el único objetivo sea gobernar bien a los ciudadanos" y dijo estar "dispuesto a cuantas reuniones sean necesarias para que sea una decisión que contente a todos".
Eso sí, insistió en la autonomía del grupo municipal para elegir al portavoz y también en que Celis "tiene el respaldo de la inmensa mayoría de la militancia, el apoyo de la mayoría de los compañeros y la confianza del alcalde".
Esta crisis colea desde antes de las elecciones municipales: Viera obligó al alcalde a llevarlo de número 2, pero dimitió en cuanto fue nombrado concejal. Por su parte, Monteseirín lideró un movimiento para desbancarlo de la secretaría general antes del reciente congreso provincial del PSOE, a lo que Viera ha respondido haciéndole la cama en el Consistorio.
