Decía Domingo Ureña, máximo responsable de Airbus en España, el pasado lunes que no confiaba demasiado en que la situación de Alestis se recondujera en cuestión de pocos días. Y lo hacía en referencia a las dos citas que la empresa aeronáutica andaluza tenía convocadas ayer -junta de accionistas y consejo de administración- que, tal y como predijo Ureña, no avanzaron ninguna solución. Y no lo hicieron porque Airbus y Alcor no han alcanzado todavía el acuerdo que permita la salida del accionariado del grupo vasco (que tiene el 42,15%) y su previsible sustitución por parte de Airbus, lo que devolvería rápidamente el oxígeno financiero que requiere urgentemente Alestis para continuar con su actividad.
Mientras no se selle esa paz, el resto de accionistas -la Junta, a través de IDEA (19,9%); Caixabank (15%); Unicaja (14,3%) y el BEF (6,8%)- ejercen el papel de mediadores, tratando de acercar posturas. Y, en tanto llega, ayer el consejo de administración sí quiso tender la mano y suavizar las posturas que, en los últimos días, habían adoptado los accionistas. Uno de estos gestos de conciliación se produjo con la decisión de ni siquiera someter a votación la posibilidad de presentar una demanda contra Airbus para reclamarle los costes no recurrentes del desarrollo de los contratos adjudicados del nuevo A350, después de que el constructor europeo tensara el pulso que mantiene con el empresario vasco Gaizka Grajales, al sacar a concurso internacional una pieza del avión que debía corresponder a Alestis de forma natural (la panza del A350-1000).
Ningún miembro del consejo -ni siquiera de Alcor ni tampoco de la Junta- reclamó que se produjera esa votación sobre el estudio de viabilidad de esa demanda encargada al bufete Albiñana y Suárez de Lezo, lo que fuentes conocedoras del proceso entienden como un acercamiento entre las partes, porque ven que la diferencia entre lo que Airbus está dispuesta a pagar a Alcor por su paquete accionarial y lo que la firma vasca aceptaría "puede rondar entre los 5 y los 10 millones".
Y, como decía Ureña el lunes en el encuentro de Navidad con la prensa en Madrid, a Alestis no le queda mucho tiempo. De hecho, las arcas de la empresa arrojan que la situación financiera se puede mantener hasta mediados de enero, final de mes como mucho, para que las plantas sigan funcionando con normalidad, con lo que o hay acuerdo entre Airbus y Alcor o la alternativa pasa por la liquidación. Hay consenso en creer que el camino se enderezará porque es lo que interesa a todas las partes -el coste laboral y productivo sería enorme, Airbus tiene con Alestis dos contratos importantes de suministro para el A350 (panza y cono de cola), caería la gran apuesta aeronáutica auspiciada por la Junta y las entidades financieras no quieren más dolores de cabeza-, pero urge.
Alestis cerrará el ejercicio con unas "pérdidas muy relevantes", aún por concretar, al tener que provisionar el coste de los 312 despidos del plan laboral, así como los números rojos de sus factorías de Brasil, a lo que sumar su situación de concurso de acreedores