¿Quién dijo adiós verano, adiós diversión? Gran error porque, como cada septiembre, Sevilla vuelve a disfrutar de El Festival de las Naciones, colofón gastronómico, artesanal y festivo para lo que se espera que haya sido un buen verano. Inaugurado el pasado jueves, promete novedad y diversión en todas sus expresiones. La retirada (¿provisional?) del calor ha favorecido el que algunos incluso se den una vueltecita en plena sobremesa, como se veía incluso la tarde de la inauguración, con la gente paseando junto a los puestos que se terminan de decorar, farolillos que quedaron sin colgar, cajas por desembalar y carne que poner a la brasa.
Este año la entrada al festival estará presidida por la colosal creación del maestro fallero Enrique Burriel, que refleja algunos de los principales monumentos de los países representados en el festival. No deje de hacerse una foto con la Estatua de la Libertad o el Calendario Azteca y presuma de ello sin haberse tenido que gastar su presupuesto del mes en un billete de avión. También un guiño a la capital andaluza al incluir en la versión sevillana una figura de la Giralda, la Torre del Oro y la Maestranza.
Pese a todo, el festival sigue teniendo un aire familiar. Al entrar, las artesanías con sus figuras egipcias doradas, la ropa, la artesanía y los postres de Europa saludan como todos los años. Pero cuando se dejan atrás los puestos de productos típicos se comienzan a oír los primeros compases de la música. La banda sonora indiscutible de todo esto la pone la música latina, que llega de varios puestos distintos, mezclando la salsa en un ritmo indescifrable.
Las parrillas de carne argentinas han empezado ya a echar humo, y los platos mexicanos ya han hecho llorar por el picor a más de uno. Pasado todo esto (y porqué no, con una cerveza del puesto de México y una tapa encima) empiece a ver las novedades de las que presume el festival. Para comenzar, otras opciones para los estómagos débiles que no pueden más con otro año de picante mexicano.
Este año son novedad los puestos de Rusia, India, Estados Unidos y Japón. Todas estas nuevas ideas surgieron en la parada que el festival hace en Santander. Así lo cuenta Melisa, la encargada del stand de Estados Unidos. "Pues este puesto es nuevo y todo comenzó con la idea de que era raro que en un festival de todas las naciones del mundo no estuviera Estados Unidos. La idea se montó en Santander, con lo más característico del país. Vamos a ver que aceptación tiene en Sevilla y si a la gente le gusta." Así que a los más incondicionales no les faltará su hamburguesa.
También se ofrecen otras ideas para los aventureros. Llega la cocina oriental, tan de moda ahora, y su restaurante está regentado por una curiosa pareja. Lo llevan la española Begoña y Fuchan Zhang, de origen chino. Preparan especialidades de todo oriente pero se centran en Japón: el wok, el sushi... e intentarán que más de uno pruebe las ancas de rana. Sí, ancas de rana, sólo para paladares atrevidamente delicados. "Él es el cocinero chino y yo la española, la cosa es que ni él habla español ni yo chino. Pero de todas formas nos hemos conseguidos entender, con algunas palabras que hemos aprendido y los gestos que sirven para todo. Queremos que la gente venga a descubrir un poco de esta cocina y que la disfruten. En Santander fue todo un éxito, la gente venía con los tuppers desde casa para que se los llenásemos."
Si se cansa de comer y quiere quitarse algunas calorías, acérquese al escenario para ver los nuevos musicales que se estrenan en el festival este año o para tomar unas clases de baile, todos los jueves a las siete de la tarde. Por la noche siempre el festival está más animado, ocasión para tomarse entonces uno de los mojitos que prepara Luis. Él es el encargado de la caseta de Cuba desde hace tres años, caseta que este año está emplazada en La Coctelería. Una estructura de dos pisos que propone un punto de vista distinto del festival. Un consejo: pídase su mojito en la barra de la segunda planta y disfrute de las vistas nocturnas del festival iluminado.
Cerveza y tapa a 3 euros, sushi, mojito, figuritas decorativas, bailoteo nocturno... ¿o es vespertino? Como cada día anochece antes. Vaya y despídase del verano.
