La banda orensana Los Suaves, una leyenda viva del rock duro español con más de 30 años de carretera, visita esta noche (22.00 horas) en la sala Custom dentro de su Gira de los 1000 conciertos, que se inició el año pasado y a estas alturas parece no tener fin. «La idea era concluir este tour con el DVD correspondiente, que salió en noviembre, pero surgieron fechas posteriores y, tal y como están los tiempos, no vamos a negarnos a tocar allí donde nos llamen», afirma Charli Domínguez, bajista y cofundador de su banda junto a Yosi, carismático cantante de Los Suaves. «La cosa ahora es que la gente se lo piensa mucho para las contrataciones, pero cuando fueron saliendo estas oportunidades decidimos continuar. El rock and roll siempre necesita estar en la carretera, aunque en este país siempre se le ha tenido mucho miedo a las guitarras», agrega. Artífices de discos memorables como Esta vida me va a matar (1982), Frankenstein (1984), Ese día piensa en mí (1988) o Maldita sea mi suerte (1991), Los Suaves prometen dar a sus incondicionales lo que éstos demandan: guitarras enérgicas, rebeldía impermeable al paso del año y esas gotas de melancolía que caracterizan las letras del grupo. «La climatología te lleva a eso, no puedes abstraerte», comenta Charli Domínguez, al tiempo que defiende que en el rock «hay una rebeldía siempre en el fondo de las canciones, aunque luego haya sido asumido por las masas. A veces pienso que esta música debería volver a las catacumbas, porque fue una música fundada por gente que quería quejarse y cambiar las cosas», dice el bajista. Después de tres décadas de trayectoria, Charli Domínguez cree que el grupo se encuentra en un momento pletórico, pero no parece dispuesto a aferrarse a toda costa al escenario. «Ya es tarde para rendirse», asevera el músico. «Pero los Suaves tendrán su final, ¿eh?, no pensamos arrastrarnos. En estos años hubo de todo, momentos mejores y peores, porque el libro de la vida siempre tiene borrones. Trataremos de dar un final digno para nuestra gente, para que nadie se avergüence de nosotros», concluye.