Un grupo de insurgentes talibanes lapidaron el pasado domingo a un hombre y una mujer acusados de adulterio en un distrito de la provincia norteña afgana de Kunduz colindante con Tayikistán, según confirmó ayer a Efe una fuente oficial.
El suceso tuvo lugar en el pueblo de Mulá Quli, del distrito de Imam Sahib, en una zona sobre la que los talibanes mantienen un "control total" a pesar de los esfuerzos de la coalición internacional liderada por la OTAN y EEUU, reconoció el gobernador distrital, Mohamad Ayub.
Los talibanes acusaron a la pareja de mantener una relación extramatrimonial y de intentar escapar juntos, y una shura o consejo decidió lapidarlos por adulterio, un castigo que les fue aplicado el domingo en público, ante unas 200 personas. El hombre estaba casado y ella, comprometida. Tras ser detenidos y golpeados, dijo Ayub, ambos confesaron que habían mantenido una relación durante un par de meses.
Esta es la segunda condena de este tipo que salta a la luz pública este mes: el pasado día 8, una viuda afgana embarazada fue ejecutada a tiros por un grupo talibán que la acusó de adulterio en la provincia de Badghis tras ser obligada a abortar y después de recibir 200 latigazos.
"Es una violación de los derechos humanos. Incluso de ser condenada, tenemos tribunales para tratar ese tipo de sucesos", denunció a Efe en esa ocasión la presidenta de la Comisión Afgana Independiente de Derechos Humanos, Sima Samar.
Castigo público. Los talibanes recurrieron a lapidaciones públicas y latigazos para castigar el sexo extramatrimonial durante su estancia en el poder entre los años 1996 y 2001. El adulterio sigue estando penado con la muerte en países como Afganistán, país este último donde los insurgentes talibanes intentan derrocar al Gobierno en su lucha contra las tropas internacionales desplegadas en el territorio, Arabia Saudí o Irán.
Precisamente en Irán la comunidad internacional intenta salvar la vida de Sakineh Mohammadi Ashtiani, acusada de adulterio y condenada a morir lapidada. Varios países europeos están analizando "todos los medios que se puedan poner en marcha" para salvar a Mohammadi Ashtiani, informó ayer una portavoz del Ministerio de Exteriores francés. "Francia, junto a sus socios europeos, examina actualmente todos los medios que se puedan poner en marcha para evitar que la condena de Sakineh Mohammadi Ashtiani se ejecute", señaló Christine Fages, portavoz de Exteriores.
Desde que trascendió la condena de Ashtiani, tanto Francia como otros países europeos han pedido a Irán que sobresea la ejecución y que respete sus compromisos internacionales, como el Pacto Internacional relativo a los derechos civiles y políticos.
El ex abogado de Ashtiani, Mohammad Mostafaei, asegura que la mujer fue víctima de torturas antes de su confesión.
