Los talibanes afganos ven en el aumento de tropas de EEUU en su país una oportunidad para cometer más atentados y hacerse con el control. Tras el discurso de Barack Obama en el que anunció 30.000 soldados más para comenzar el repliegue de tropas en 2011, la réplica de los insurgentes fue la amenaza y la apuesta por continuar la lucha armada.
En un comunicado en idioma pasto difundido a la prensa, los talibanes aseguraron que la presencia de 30.000 soldados más de EEUU en el país les ofrecerá más oportunidades para efectuar un mayor número de ataques. También advirtieron de que este refuerzo, que se unirá a los 100.000 soldados -68.000 de ellos estadounidenses- ya desplegados en Afganistán, debilitará la economía de Estados Unidos. El movimiento talibán afgano negó además tener bases de operaciones en Pakistán, tal y como señalan altos mandos militares de EEUU y el propio Obama. "No hay necesidad de tener bases en Pakistán, ya que tenemos suficiente control del territorio en Afganistán", argumentaron.
Obama, por el contrario, dejó bien claro en el discurso que ofreció desde la academia militar West Point que su objetivo es ganar la guerra contra los talibanes y el terrorismo después de nueve años de presencia estadounidense en el país.
Según él, los refuerzos "ayudarán a crear las condiciones para que EEUU pueda transferir la responsabilidad a los afganos" y que las fuerzas locales puedan hacerse cargo de la seguridad de su propio país, el objetivo final en la guerra, destacó. Las tropas adicionales tendrán como misión atajar la insurgencia -y debilitarla de modo que el Gobierno afgano tenga ocasión de asentarse- y proporcionar seguridad a los centros de población clave del país. El presidente de EEUU también lanzó una dura advertencia a los dirigentes afganos y al Gobierno del presidente Hamid Karzai, a los que les advirtió que "se han acabado los días en los que recibían un cheque en blanco". Por último, afirmó que apoyará a los líderes "que combatan la corrupción y defiendan a la gente".
El aumento de tropas no será sólo de EEUU. Tras el discurso de Obama, la OTAN anunció que apoyará con 5.000 efectivos más la misión en Afganistán. "Puedo confirmar que los aliados y nuestros socios harán más, bastante más. En 2010, los miembros no estadounidenses de esta misión enviarán al menos 5.000 soldados más a esta operación y probablemente unos cuantos miles adicionales. Ello se sumará a los más de 38.000 que ya tienen allí", dijo Fogh Rasmussen en rueda de prensa.
También respondió las palabras de Obama el jefe de las tropas internacionales en Afganistán, el general Stanley McChrystal, quien a pesar de que había cifrados los refuerzos necesarios en 40.000 militares apostó por mejorar la seguridad en el país y transferir la responsabilidad de salvaguardarla a las fuerzas afganas "tan rápido como sea posible". "La revisión liderada por el presidente me ha proporcionado una clara misión militar y los recursos para llevar a cabo nuestra tarea", dijo McChrystal, quien aplaudió la "claridad y compromiso" de Obama
Por último, el ministro afgano en funciones de Asuntos Exteriores, Rangin Dadfar Spanta, convino ayer en que sus fuerzas de seguridad deberán asumir de forma gradual la responsabilidad de proteger Afganistán, dado que "18 meses nos dan una buena oportunidad para asumir el control".
