Economía

«Los talleres mecánicos asumen el papel del banco y sufren impagos»

El director general de Grupo Jiménez-Maña ha implantado la dirección por misiones como modelo para dirigir su empresa de recambios. Que cada empleado se sienta líder en su trabajo le ayuda a dar la vuelta a la tónica de pérdidas del sector

el 14 ago 2010 / 19:27 h.

Manuel Jiménez-Maña Carmona es miembro de la tercera generación de la empresa que fundara su abuelo en 1994.

-No había muchos coches cuando arrancó la empresa. ¿Cómo inició su abuelo la aventura de montar una firma de recambios?

-No había coches y la gente patinaba en la palmera y jugaba con pelotas de trapo. Montaron la empresa dos personas, Ramón Martín y mi abuelo, Manuel Jiménez-Maña, hasta que se separaron y pusieron en marcha cada uno su firma. Ahora existen las dos. Mi abuelo le daba mucha importancia a la confianza y es un valor que permanece en la empresa. Además, se adelantaba a las situaciones. La primera tienda fue en el Paseo Colón. La gente decía que se había ido a las afueras de Sevilla a morir. Y, sin embargo, fue un éxito, porque los pocos camiones que venían por donde entraban era por ahí. A día de hoy, la mayoría de inversiones se han hecho para asegurar el futuro a los clientes, para mantener esa confianza de la que hablo.

-¿Y eso cómo se hace?

-Damos cursos de formación, asesoramiento comercial, de informática... Le hemos proporcionado una estructura que los mecánicos no podían conseguir por sí mismos. Son buenos técnicos pero no son muchas veces los empresarios que necesitan ser.

-¿Qué ganó la empresa con su entrada en la dirección?

-Acudieron a mí porque vieron que la estructura de la empresa estaba llegando a un techo. Había un freno para la expansión, y eso que había volúmenes de venta importantes. Lo que aporté con mi formación fue crear un órgano de dirección que permitiera la expansión. Lo segundo es que en aquella época tener un ordenador (1983) era muy poco habitual, y nosotros sí lo utilizábamos. En la medida que se pudo, informatizamos los sistemas. La instalación que tenemos en el Polígono La Isla, con 11.000 metros cuadrados, realiza el 100% de sus ventas a través de internet. Pocas empresas pueden decir lo mismo.

-¿Tiene clientes particulares o sólo talleres?

-El hágaselo usted mismo es difícil. Para reparar un coche se necesita un mecánico. Toda la venta la hacemos a través de ellos. Si dejas el coche en el taller, quieres que te lo arreglen en tiempo y forma. Para poder dar eso necesitamos estar próximos a él, y para ello tenemos muchas tiendas, algunas franquiciadas. Aportamos 101 establecimientos, propios 32, repartidos en las cuatro provincias en las que operamos: Córdoba, Cádiz, Huelva y Sevilla.

-Están en la red internacional de distribución AD. ¿Qué supone para su empresa?

-Hace ya 10 años se crea a nivel internacional una central de compras y con ella una estructura impresionante para conseguir mejores precios. También una central de comercialización. Esto significa que si un taller se queda atascado en una reparación, llama a un teléfono y a través de videoconferencia y mails le ayudan a reparar el coche. Se crean sinergias y podemos hablar con gente de otros países para ver las mejoras que se hacen. España está muy desarrollada en este sentido. Somos muchas veces los que sugerimos cosas. Y tenemos en distribución de AD la zona occidental de Andalucía, por eso no nos salimos de este territorio.

-Entonces su posición en el mercado será buena...

-Cuando sales a la calle, ves muchos bares, tiendas de ropa, pero también bastantes de recambio. Sevilla es una de las ciudades con un mayor número de establecimientos de este tipo. Somos líderes en nuestra zona. En lo que nos diferenciamos es en las peculiaridades antes mencionadas, como materializar esa confianza entre el taller y nosotros. Hay mucha gente, sí, pero es un mercado con vaivenes, donde se necesita invertir mucho, porque la rotación de materiales es pequeña y salen continuamente nuevos coches. Tenemos un almacén semiautomatizado y que nos permite tener más stock. De hecho, vendemos un 20% a la competencia. En este sector nos llevamos muy bien entre todos.

-¿Cómo se traduce la empresa en números?

-Tenemos 300 empleados directos. Nuestra facturación consolidada son 33 millones.

-¿La crisis les viene bien?

-El automóvil tiene dos líneas, la venta y la reparación. Hay gente que dice que la crisis le viene bien a esto último. Si no fuera financiera esa afirmación, sería cierta. Un taller normalmente no es un negocio que viva muy de cara al banco y si vas a reparar el coche y tienes un problema económico, recurres al primo, al hermano, al amigo... y es al último al que pagas. Por eso, los talleres están haciendo en ocasiones el papel de bancos, lo que le arrastra a una situación de impagos que nos afecta. El sector tiene una media de decrecimiento del 5% y nosotros hemos subido un 18%. Se debe al cambio de planteamiento sobre la dirección.

-¿En qué consiste?

-Es la dirección por misiones. Todo el mundo en la empresa tiene que asumir el liderazgo, porque es líder de su puesto de trabajo y tiene que tener obligaciones respecto a sus compañeros, a los clientes, a los accionistas y a los proveedores. Eso está teniendo una repercusión positiva.

-¿El fin de las ayudas al automóvil les dará más trabajo?

-Prevemos que este segundo semestre va a ser duro, pero porque no habrá dinero en el mercado, no por el fin del 2000E.

El perfil. Estudió Empresariales y en el último año colaboró en un departamento de la Facultad porque tenía claro que no quería trabajar en la empresa de su padre. "Cuando estás desde chico en un ambiente, no quieres vivirlo". Trabajó en una empresa de informática, pero vino una persona que trabajaba en la empresa de su padre y le dijo que ésta necesitaba un desarrollo y que acudiera a ella. Su progenitor decidió cederle el testigo sin relevo generacional. "Primero fui muy reacio, pero cuando me incorporé, me di cuenta de que me encontraba como en mi casa, porque una empresa tiene un carácter distinto de cualquier otra, y la de la mía era lo mismo que lo que veía en mi hogar, las mismas virtudes, las mismas formas de expresarse", asegura. Fue alumno del Instituto Internacional San Telmo.

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