Las obras para la recuperación de jardines, pérgolas y otros elementos ornamentales utilizados durante la Expo del 92 es una noticia que agradecerán las 25.000 personas que acuden a diario a la isla de la Cartuja. Los terrenos de la antigua corta serán sometidos a un proceso de restauración que durará más de un año y que se centrará en los aspectos climáticos utilizados en la Muestra y permitirán mejorar la calidad de los espacios, una asignatura pendiente que ha ido agravándose conforme aumentaba la ocupación de los terrenos por las empresas instaladas en el recinto y, en paralelo, se incrementaba el deterioro de las instalaciones.
La sola idea de que se reaprovechen elementos en desuso desde hace 17 años como la bola climática de la Expo merecen el aplauso de quienes creen que la isla tiene todavía mucho margen de aprovechamiento y de mejora para el disfrute de todos los sevillanos.
