El 58% de los nuevos casos de VIH en España en los últimos cinco años se diagnosticó demasiado tarde. Por eso, el Plan Nacional del Sida promoverá nuevas pruebas y herramientas para la detección, como los test rápidos de saliva y sangre capilar. El retraso diagnóstico provoca que el 30% de los enfermos desconozca que está infectado.
El Día Mundial del Sida, que se celebra hoy, no arroja datos demasiado esperanzadores. En España, de las 120.000 a 150.000 personas infectadas, un 25 ó 30% no lo sabe. Ello implica un serio perjuicio para los afectados, porque no se benefician a tiempo del arsenal terapéutico (antirretrovirales) ni adoptan medidas de prevención consigo mismos ni con su entorno.
Por esta razón la secretaria general del Plan Nacional del Sida, Teresa Robledo, ha propugnado que las unidades que trabajan con grupos de mayor riesgo ofrezcan más la prueba voluntaria y confidencial, y que los médicos de familia lo indiquen a aquellos pacientes que practican sexo no seguro.
"No se trata de ofrecerlo de manera sistemática a cualquier persona, pero quiero que el médico pregunte al paciente sobre sus hábitos sexuales", añadió. En este sentido, Robledo destacó el nuevo escenario que brindan los test rápidos de detección del Virus de la Inmunodeficiencia Adquirida (VIH), que en treinta minutos arrojan un resultado, aunque después requieren de una confirmación hospitalaria.
"Es una herramienta que nos va a ayudar mucho. Son test que no se pueden comprar individualmente, pero podrían acordarse programas con los farmacéuticos igual que hicimos con el programa de jeringuillas. Es una línea de trabajo y de futuro", explicó.
Robledo advirtió, por otra parte, del claro aumento de las prácticas sexuales de riesgo entre parejas estables y ocasionales, sobre todo entre los más jóvenes. En este colectivo hay menos sensibilización, tampoco "han visto morir" a amigos o conocidos en su entorno, y hay cierta apatía y cansancio del empleo del preservativo, dijo la responsable.
UNICEF informa de que más de 350.000 niños fallecieron en 2007 a causa de enfermedades relacionadas con el sida y que 15 millones de niños perdieron a uno o a ambos padres causa de la epidemia.
Eliminar el estigma. En esta triste coyuntura, eliminar el estigma y la discriminación asociados todavía al sida y ampliar al máximo el acceso a la prevención y los tratamientos son pasos clave para luchar contra este mal, según subraya la ONU.
"Todavía hay un grave déficit de recursos contra el sida, y el estigma y la discriminación en torno al VIH siguen siendo importantes", afirmó el director ejecutivo de ONUSIDA, Peter Piot. Como consecuencia de estos factores "las dos terceras partes de las personas que requieren tratamiento antirretrovírico no pueden acceder a él, y menos de una de cada diez con riesgo de infección tiene los medios para protegerse", agregó.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, también insistió en que "uno de los principales desafíos es superar la estigmatización" pues ésta "sigue siendo el principal obstáculo al que se enfrentan las iniciativas públicas" y "es una de las razones por las que la epidemia sigue haciendo estragos en todo el mundo". "Aplaudo a los valientes que viven abiertamente con el VIH, que abogan sin descanso por los derechos de los seropositivos y que instruyen a otros respecto del sida", indicó Ban.
Según los datos de ONUSIDA, dos millones y medio más de personas contrajeron el virus en 2007, lo que elevó el número de infectados en el mundo a 33,2 millones.
Aparte de sus efectos a la salud, la enfermedad tiene también importantes consecuencias sociales. La organización Human Rights Watch ha denunciado recientemente numerosos abusos en todo el mundo relacionados con el sida, que afectan sobre todo a comunidades ya de por sí discriminadas, como las mujeres, las niñas o los homosexuales.
