Abrir el debate. Se ve que Mariano Rajoy ha visto que la estrategia de Javier Arenas conecta con la calle y no lo ha dudado. Ha optado por hacer lo mismo que el dirigente andaluz. Dejar que el debate sobre el endurecimiento de las penas por delitos como el de Marta del Castillo camine en las instituciones sin abordar la regulación de la cadena perpetua, pero seguir alimentando esa reivindicación de la familia ante los micrófonos de la televisión y los titulares de prensa. Por el momento hay una cosa clara, pese a que ambos quieren "abrir el debate sobre la cadena perpetua", ni en el Congreso ni en el Parlamento andaluz van a someter a votación textos sobre esta condena.
¿Y la paridad? ¡Cuánta dificultad encuentra Izquierda Unida para colorear sus listas electorales del violeta del que tanto habla Diego Valderas! Ocurrió con algunas de las candidaturas de las autonómicas de 2008 que aprobó la Asamblea regional de IU y, si no hay cambios, volverá a pasar con las listas de las europeas. El número uno será un hombre, Willy Meyer, y el número dos también, Raúl Romeva, de Iniciativa per Catalunya, tras la decisión de ambas siglas de comparecer juntos a los comicios. Cuando los cargos a repartir escasean, las convicciones en materia de igualdad retroceden.
Marbella de nuevo. El informe aprobado por el Parlamento europeo el pasado jueves confirma que a Marbella le queda mucho trabajo por delante para quitarse el lastre de ser el emblema del urbanismo salvaje. El nombre de la ciudad fue utilizado en el debate parlamentario como ejemplo. Es grave que se siga identificando a la ciudad con los desmanes del gilismo, pero el informe de la Eurocámara no censura sólo esa etapa: critica la nueva política de normalización urbanística emprendida por la Junta (PSOE) y el Ayuntamiento (PP). El PGOU, viene a decir el documento, no puede bendecir viviendas ilegales. ¿Y quién piensa en los propietarios? Ésa es la pregunta que se hace la alcaldesa marbellí.
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