Ya tenía que haber desaparecido el REASS e integrado los trabajadores agrarios por cuenta ajena en el Régimen General, que supone mejorar sus prestaciones y pensiones. El Gobierno no ha cumplido. Ayer miles de personas se lo recordaron.
Pica el sol. "Esto no es nada, cuando calienta de verdad es en julio, segando en el campo". Avanza Antonio por la marabunta de trabajadores agrarios -las cuentas de los sindicatos hablan de diez mil, las de la Policía, 4.000- que ayer se manifestó en Sevilla por un cambio en el régimen de la Seguridad Social que les brindaría, ante todo, un retiro laboral económicamente más holgado del que tienen, y un derecho de cobro por desempleo del que carecen. Pajero puesto, bandera sindical al hombro, Antonio está a las puertas de la jubilación, "y de paga, ni un billete lila al mes", dice en referencia a los 500 euros.
En la cabecera de la manifestación, los dirigentes de las organizaciones convocantes, UGT y CCOO. Satisfecho está Francisco Carbonero, el secretario general de este último sindicato, la protesta es un éxito, muestra poder de convocatoria, conste en acta que es una advertencia al Gobierno, también una demostración de fuerzas, y esto hay que tenerlo en cuenta en medio de una crisis económica que, ahora sí, está movilizando a la clase trabajadora que pierde su empleo. Dirigentes, alcaldes y concejales de Izquierda Unida se solidarizaron. Para IU es una reivindicación histórica.
¿Qué reclaman? 2009 debería haber supuesto la definitiva eliminación del REASS (Régimen Especial Agrario de la Seguridad Social) que, aunque implica menor aportación a las arcas del Estado respecto al Régimen General, también acarrea una cuantía inferior en las pensiones y prestaciones por desempleo. Pero la crisis económica y el impacto económico tanto para el Gobierno como para los empresarios agrícolas, amén de la tarea administrativa que supone el cambio de sistema, han llevado al Gobierno a prolongar el principio del fin y concebir este año como uno más de tránsito, en el que sólo se han hecho algunas mejoras.
¿Mejoras?, pregunta con sorna Ricardo Serra, el presidente de la patronal agraria Asaja-Andalucía. El hecho de que en enero pasado, y tal y como informó este periódico, el Ejecutivo hubiera incrementado la base de cotización de los trabajadores del agro ha supuesto que, en ocasiones, éstos cobren menos, "y a ver cómo le explicamos que no es culpa nuestra".
Serra explica, asimismo, que la falta de flexibilidad en los trámites de la Seguridad Social conduce a los empresarios a estar constantemente en el filo de la ilegalidad, salvo que se dediquen en exclusiva al papeleo que genera dar de da alta y baja en el REASS a unas cuadrillas de trabajadores que se alteran día sí, día también.
Pero de vuelta a la manifestación de ayer, que transcurrió entre Plaza de Armas y el Prado de San Sebastián con no pocos problemas de tráfico en un día de salida masiva de domingueros, tenía por objetivo la integración del Régimen Especial Agrario en el General, el aumento del subsidio y un PER extraordinario, léase, trabajos adicionales ante la falta de empleo suficiente en las faenas del campo y que nutran las peonadas necesarias para cobrar prestaciones y complementar rentas.
Diacriminación. Francisco Carbonero, que tiene una especial sensibilidad por esta cuestión al proceder de una familia agraria, considera que el Gobierno ha incumplido su compromiso de integrar ambos sistemas de protección social, alargando la "discriminación histórica" que existe con casi medio millón de jornaleros andaluces, y se pregunta si esa falta de iniciativa del Ejecutivo obedece a que "le tiene miedo" a los "terratenientes" que hay en esta tierra y que "son los que impiden el verdadero desarrollo" rural.
Manuel Sánchez es secretario de Organización de UGT-Andalucía, y relata las dificultades de los trabajadores del campo para recibir prestaciones dignas, al tiempo que recuerda la vuelta a la agricultura de quienes se quedaron sin trabajo en el ladrillo.
Pañuelos en la cabeza, y no por el sol. Son hijabs, los lleva el centenar largo de mujeres de procedencia marroquí que asisten a la protesta. Invernaderos, calor aterrador. Aceitunas, frío que agarrota.