Es muy raro que PSOE y PP voten unidos en el Parlamento andaluz, pero lo es aún más si las iniciativas que debaten son plato de menú de la bronca política: los travases y la dependencia. Ayer, justo cuando sus líderes protagonizaron una de los careos más faltones del periodo de sesiones, los partidos mayoritarios desafiaron a la estadística y a la probabilidad y votaron juntos. El PP apoyó una iniciativa del PSOE sobre el mantenimiento del trasvase Tajo-Segura y otra, también socialista, que insta al Gobierno a cambiar los criterios para financiar la ley de dependencia. IU se abstuvo en la primera y apoyó la segunda, que concitó una unanimidad áun más rara en la Cámara autonómica.
Los discursos estuvieron muy lejos de reflejar lo que dijo el marcador de las votaciones. La diputada del PP, Carolina González Vigo, se esforzó por defender la postura "coherente" de su partido, frente a los "vaivenes" del PSOE, que apostó por las desaladoras y derogó el Plan Hidrológico Nacional cuando Zapatero llegó a La Moncloa en 2004. Los populares, dijo, defienden ese trasvase "fundamental" para Almería, pero también el del Ebro. Los socialistas rechazaron otra iniciativa del PP debatida ayer sobre "la política sostenible y solidaria" del agua.
La iniciativa socialista que urge al Gobierno a financiar la ley de dependencia según su ejecución, lo que recortaría fondos a las regiones menos implicadas, contó con el apoyo de los tres partidos del arco parlamentario. Y eso que ese nuevo reparto perjudicaría sobre todo a Madrid y Valencia, ambas con gobiernos del PP, y con un menor grado de ejecución de esta ley.
Pese a la unanimidad, el portavoz de IU, José Manuel Mariscal, aseguró que la aplicación de la ley en Andalucía es "una chapuza". Y la popular María Dolores López aseguró que las personas calificadas no están recibiendo las ayudas y que sólo hay "propaganda".
