Carmen Sarmiento se formó en Madrid antes de abrir su primer centro en Sevilla, en la trianera Avenida de Coria. J. M. espino (Atese) Carmen Sarmiento (Sevilla, 1970) quiere llevar la alta costura a los tratamientos estéticos a precios razonables. Aunque muchos ven este sector como un lujo en tiempos de crisis, dice que no es caro y que verse guapa aporta otra actitud ante la vida que merece la pena probar. Aparte de su centro en la Avenida de Coria, cuenta con otro desde hace un año en la Buhaira y quiere abrir también en el Centro, aunque más adelante. ¿Qué clientela va a su negocio en estos momentos de crisis? Excepto aquellas personas que están en el paro, cualquiera en realidad. La regente de una frutería, amas de casa, maestras, médicos, delegadas comerciales y también chicos. Cada vez son más los hombres atraídos por los tratamientos. Suelen venir de la mano de sus esposas y sus novias, son pocos los que se acercan por su propio pie. El 80% de nuestra clientela son mujeres. ¿No es un lujo? Mucha gente lo relaciona con ese sector, pero de la belleza se ha hecho una necesidad. Nosotros defendemos que esa belleza debe ser natural, no somos partidarios de los sobretratamientos, no hay que pasarse de la raya. Tenemos una línea roja muy personal que nunca traspasamos. ¿Por qué dice que la belleza se ha convertido en una necesidad? Lo es para la mujer de hoy. La persona que invierte en ello es porque puede permitírselo, pero tampoco se necesita mucho dinero para tener la piel cuidada y bonita, así que no solo está dirigido a personas de alto nivel adquisitivo. Lo que hay es que seguir a rajatabla los consejos y ser constante en casa. Hay personas que vienen a hacerse un tratamiento de limpieza profunda y un cosmético y poco más, y eso no es caro. Hay otras que suben el nivel y por eso se les ofrece medicina estética. En general, los tratamientos de este tipo en Sevilla son muy asequibles si se compara con otras ciudades más grandes. Hay que informarse muy bien siempre sobre qué te van a hacer y cómo. ¿Verse guapa es un remedio contra la crisis? Siempre gusta verse guapa y con una piel bonita. Nos hace salir de casa con ganas y la autoestima mejora. En cualquier caso, insistimos en que hay que cuidarse mucho por dentro. Son fundamentales una buena alimentación y el ejercicio para sentirse bien. ¿Qué oferta su centro? Es especial. Soy farmacéutica y estudié cosmetología y dermofarmacia. En este establecimiento se presta especial atención al tratamiento diario de la piel haciendo protocolos a medida para cada cliente. También hacemos cosméticos personalizados. Se pueden distinguir dos ramas de actuación: por un lado la estética, donde se hacen este tipo de protocolos y tratamientos como skin diamonds, una limpieza profunda del cutis con punta de diamante. Además, está la rama de medicina estética de la mano del doctor Antonio Alarcón, donde realizamos aplicaciones como el láser fraccionado de CO2, que es un sistema antienvejecimiento de vanguardia, así como bioestimulación dérmica. También otros tratamientos estéticos, como lifting. ¿Cómo surge el negocio? Es una empresa familiar que comenzó en 1997, en Madrid. Allí impulsé Activia Cosmética, que es el nombre de la compañía, y estudié cosmetología. Comencé fabricando para terceros, para centros de belleza y de medicina estética. No tenía equipo comercial y a partir de entonces comencé a rodearme de profesionales del sector. En un primer momento me instalé en un piso en Sevilla y después en el centro que tenemos actualmente en la Avenida de Coria. Hace un año abrimos el nuevo en la Buhaira, que es más pequeñito pero muy especial, donde la gente va a desconectar totalmente. ¿Es arriesgado abrir nuevos centros con la situación actual? Estaba en nuestro plan de expansión, si bien es cierto que nos está costando sacarlo adelante. Me gustaría abrir otro en el Centro de la ciudad más adelante, cuando el de la Buhaira esté consolidado. En cualquier caso, nuestro centro está siempre lleno y estamos muy agradecidos a la fidelidad que nos está demostrando la clientela sevillana. Nuestro concepto se basa en llevar la alta costura al sector de la belleza a precios razonables. En los últimos tiempos han surgido web que venden cosméticos de alta gama por internet a un precio bajo. ¿Es una competencia que le influye? Hoy día un laboratorio no puede exigir a nadie que deje de vender barato hasta ciertos límites. El valor añadido que aportamos es el diagnóstico personalizado que nos lleva a hacer un cosmético a la medida por alrededor de 49 euros, que cambia unas tres veces al año dependiendo de la estación, que requiere de cuidados distintos. Estamos pendientes de abrir la tienda on line, aunque tenemos promociones en el centro. ¿En Sevilla hay que competir con muchos centros? Hay muchas clínicas de medicina estética y muchos centros de belleza, pero no tienen la combinación de ambos. En este proyecto estoy rodeada de grandes profesionales que se forman continuamente. Una empresa no la hace una sola persona. A la nuestra acuden muchas caras conocidas del mundo del arte o el periodismo. Otra rama del negocio es potenciar encuentros de ocio. Una de las experiencias más importantes que vendemos es con Casas de Sevilla. Nos desplazamos a sus establecimientos para realizar tratamientos. Tiene tres centros muy bonitos en el Centro y el nivel adquisitivo de los que se alojan allí es medio alto. Además, hacemos fiestas de belleza a puerta cerrada en el que cada grupo decide lo que quiere y se le hace tratamiento a medida. Vienen desde familias con distintas generaciones hasta lo que denominamos wedding party, que son fiestas dedicadas a las que se van a casar. También tenemos tratamientos para las novias antes del enlace que tienen mucho éxito.