Varias decenas de vecinos de la calle Haya y aledaños protagonizaron un tumulto que se saldó con el lanzamiento de piedras a un camión de bomberos que participó en la extinción del incendio del número 24 de la mencionada vía, al entender que se demoraron en demasía en la extinción del incendio.
Una de las vecinas y familiar de las víctimas señaló que la principal causa del "gran enfado" de los vecinos -que motivó que los bomberos tuvieran que salir con urgencia del lugar- fue la tardanza, de hasta tres cuartos de hora, registrada en la llegada de los bomberos desde que se les avisó -a las 7.00 horas, aunque Ayuntamiento y servicios de emergencias señalan que fue en torno a las 7.30 horas- hasta que llegaron al lugar de los hechos.
"Lo que no se puede consentir es que lleguen al lugar del incendio, se pongan allí la ropa de trabajo y luego echen un chorrito de agua con las mangueras, con las bocas de riego cerradas, que hasta los vecinos han echado más agua que ellos", señaló esta vecina, que incidió en la "mala organización" del Cuerpo de Bomberos.
Por ello, esta mujer calificó de "vergonzoso" lo sucedido, de lo que no culpó a los bomberos, "que sólo son cuatro y que bastante hacen", sino al "mal funcionamiento" de la gestión, que impidió que "a lo mejor pudiese haberse salvado a alguien".
Con respecto a los actos violentos registrados fueron numerosas las pedradas recibidas por uno de los grandes camiones de la flota municipal de bomberos -que apareció, critican los vecinos, cuando "llegaron los medios de comunicación"-, que de hecho causaron heridos. Uno de los vecinos, incluso, se subió al vehículo y rompió a puñetazos uno de los espejos retrovisores.
Fue uno de los hijos del matrimonio, Manuel R.P., que ya no vivía con sus padres y hermanos, quien en declaraciones a los periodistas confirmó que uno de sus hermanos llegó al domicilio familiar en torno a las 4.00 horas, y que bien pudo ser éste el que encendiera el brasero que diera origen a la tragedia.
Manuel R.P. informó de que se presentó con celeridad en el lugar cuando se le avisó del suceso y que tuvo que decir a los bomberos que metieran las mangueras por el patio interior, "porque si no las metía yo mismo".
También pudieron saberse más datos de la familia fallecida. Así, se ha confirmado que J.M.R.P., de 16 años, jugaba al fútbol en las categorías inferiores del Ecija Balompié, deporte al que también era aficionado su padre, A.R.V., de 59 años, que era árbitro de fútbol. Por su parte, M.C.R.P., de 19 años, se encontraba embarazada y se iba a casar con su pareja, A.A.F, de 18 años y fallecido también en el incendio.
Los cuerpos han quedado totalmente calcinados, por lo que será necesario hacerles prueba de ADN para proceder de manera definitiva a su identificación.
