La mitad de la población de los pueblos de la periferia de Sevilla desconoce qué significa desarrollo sostenible. Los que afirman conocer su significado creen que, además de en el componente medioambiental, las instituciones deben incidir en su repercusión social y económica.
Uno de los objetivos planteados por el Ecobarómetro 2007, estudio elaborado por Forja XXI con la Consejería de Medio Ambiente, era descubrir el grado de conocimiento que los vecinos de la capital hispalense y 21 municipios de la primera corona de la Gran Sevilla tienen sobre conceptos medioambientales. El informe desvela que el 51,3% de los ciudadanos de la periferia desconoce el concepto de desarrollo sostenible. Esta cifra es ligeramente inferior entre los que viven en la capital hispalense, donde un 44,3%, no sabe qué es.
Estas cifras ponen de manifiesto que a pesar de que los problemas relacionados con el medio ambiente están más cercanos a la población, un aspecto fundamental como es el desarrollo sostenible -concepto del que a los políticos se les llena la boca- es desconocido por la mitad de los consultados. Esta carencia de información se acusa más en el primer cinturón del área metropolitana.
En todos los grupos de edad -a excepción del de los mayores de 65 años donde, como cabría esperar, el desconocimiento es prácticamente total (81,2%)- sólo la mitad de los encuestadas conocen el desarrollo sostenible. Se observa también que en la medida en que aumenta la edad de los intervalos disminuye el grado de conocimiento del concepto. En función del sexo también existen diferencias notables. Los hombres tienen un conocimiento mucho mayor de este término (62,1%) que las mujeres (43,5%).
En cuanto a la aplicación de políticas encaminadas al desarrollo sostenible, los ciudadanos son conscientes de la complejidad que realmente tiene y consideran que no debe tratarse como algo meramente medioambiental, ya que atañe a otros aspectos.
Pese a que prácticamente la mitad de los encuestados que dicen conocer qué es el desarrollo sostenible creen que la dimensión medioambiental debe primar sobre el resto, cabe subrayar que en torno al 30% estima que el componente social es un aspecto importante a considerar por las instituciones a la hora de abordar su aplicación. Esta postura es más sólida en la capital hispalense, donde es compartida por un 32,3% frente al 24,1% de los vecinos de la periferia.
La dimensión económica del desarrollo sostenible, por su parte, es más valorada en los pueblos, donde un 19,4% ve necesario que sea tenida en cuenta por las instituciones. Esta opinión la respalda sólo un 12,7% de los que viven en Sevilla.
La tendencia general que sitúa la vertiente medioambiental como indispensable para las políticas de desarrollo sostenible, se rompe en el grupo de edad de los mayores de 65 años, donde un 52,2% cree que lo que debe primar es el componente social.
El análisis en función del sexo determina que ambos opinan que las instituciones deben centrarse en la dimensión medioambiental del desarrollo sostenible aunque las mujeres (con un 53,6%) tienen más claramente definida esta opción que los hombres (con un 42,9%).
Este estudio recoge las opiniones de vecinos de Sevilla y de los municipios de Alcalá de Guadaíra, Almensilla, Bormujos, Camas, Castilleja de Guzmán, Castilleja de la Cuesta, Coria del Río, Dos Hermanas, Espartinas, Gelves, Gines, Isla Mayor, La Puebla del Río, La Rinconada, Mairena del Aljarafe, Palomares del Río, Salteras, San Juan de Aznalfarache, Santiponce, Tomares y Valencina de la Concepción.
