En el barrio de la Macarena desde hace varios años, aunque actualmente se ha vuelto completamente insoportable, el comportamiento de los indigentes tiene atemorizado a todo un barrio. Esto demuestra la falta de contundencia por parte de los que tienen que hacer cumplir las leyes y la absoluta falta de civismo de esta gente para cumplir las mínimas y básicas normas de convivencia. Se emborrachan, orinan, defecan, coaccionan en los aparcamientos y duermen en los portales de las viviendas y a escasos metros de las guarderías y parques infantiles de la zona.
Los vecinos del barrio de la Macarena están desesperados. El motivo es la degradación del barrio día a día como consecuencia de diversas situaciones:
Por un lado, en la calle Perafán de Ribera se encuentra situado el Albergue "Hogar San Fernando". Se trata del único albergue municipal hasta el momento, que tiene un espacio insuficiente para acoger a todas las personas sin hogar que deambulan por la ciudad de Sevilla. Esta circunstancia, da lugar:
• A la circulación de personas alrededor del albergue, en busca de alojamiento y comida, que a lo largo del día se dedican a intentar obtener algo de dinero ejerciendo de gorrillas en los alrededores. Unos de forma pacífica, pero otros mediante amenazas y enfrentamientos con los vecinos y usuarios de supermercados de la zona, fundamentalmente alrededor del parque de los Perdigones y alrededor del Hogar.
• Asaltos a comercios circundantes.
• Búsqueda de asentamientos alternativos por rebosamiento del centro municipal. Uno de ellos es el Paseo Juan Carlos I, donde hay en la actualidad un campamento de personas sin hogar y por supuesto, sin acondicionamiento en cuanto a cuestiones de salud pública y seguridad se refiere: cocinan teniendo a toda la zona ahumada con sus fuegos, aparecen ratas, acúmulo de desechos y otros riesgos para la salud pública.
Otro de ellos, el pasaje de la calle Adelantado y la plaza sin nombre en la confluencia de la calle Adelantado y Torrigiano, donde día tras día se producen pernoctaciones de indigentes, con las consecuencias de inseguridad e insalubridad tantas veces denunciadas por los vecinos, sobre todo a raíz de las múltiples peleas, cantidades ingentes de basura, e incluso incendios que han tenido que sofocar los propios vecinos.
Otros emplazamientos de estas personas son los Parques públicos del Parlamento y de los Perdigones, la Plaza de la Centuria utilizados también como lugares comunes para beber y acampar hasta la hora del cierre en los dos primeros casos.
