Los vehículos con motores diésel emiten a la atmósfera partículas ultrafinas muy dañinas para la salud. Tanto, que según estimaciones del Ministerio de Medio Ambiente son los principales causantes de la contaminación local que cada año acelera la muerte de entre 16.000 y 17.000 personas.
Esta afirmación está avalada por el profesor del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Xavier Querol, en su estudio Calidad del aire urbano, salud y tráfico rodado. El trabajo, presentado la semana pasada en Valencia. señala al tráfico urbano como principal causante de la contaminación en las ciudades, lo que desbanca a las industrias.
El parque móvil de vehículos diésel en España supone el 50% del total, y aunque emiten menos dióxido de carbono a la atmósfera que los motores de gasolina, producen más partículas ultrafinas PM10 que, por su reducido tamaño, alcanzan el torrente circulatorio. No obstante, a estas emisiones se suman las partículas que producen las frenadas de los vehículos y la erosión que las rodaduras provocan en el firme de las vías y la construcción.
Las consecuencias. Así, y según la Escola Valenciana d'Estudis per a la Salut (EVES) de la Conselleria de Sanidad, Ferrán Ballester, existe un estudio holandés que determina que las personas que viven a menos de cincuenta metros de calles con tráfico intenso aumentan un 50% el riesgo de mortalidad "cardiopulmonar".
Los niños y los ancianos son los grupos de edad más expuestos a sufrir los efectos perniciosos de la polución. De hecho, el Plan de Acción sobre medio ambiente y salud infantil en la región europea lo señala como responsable de entre el 1,8 y el 6,4% de las muertes. También afecta al desarrollo neurológico y las defensas.
