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Los veteranos del corazón

Los pacientes se enorgullecen de estar en plena forma años después de ser operados.

el 27 nov 2011 / 21:10 h.

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Nicolás Morales, Julián García Ramos, Rodolfo Romero, Emilio Mier y José Castro. Con ellos, un médico del Virgen del Rocío.

Fue una jornada muy especial en el Virgen del Rocío : se han cumplido 20 años del primer transplante de corazón efectuado en Sevilla, y qué mejor manera de festejarlo que a través de los propios protagonistas, muchos de los cuales aún pueden contarlo tantos años después. Y es que, como manifestó el doctor Ernesto Lage, cardiólogo del hospital sevillano, "un corazón transplantado no tiene fecha de caducidad".

Como prueba viviente se encuentra Emilio Mier, sevillano -y sevillista- octogenario con casi 20 años transcurridos desde su transplante. El suyo fue el sexto que se hizo en la ciudad, como él mismo recuerda. Actualmente, todavía en plena forma, Emilio compagina su actividad como vicepresidente de la Asociación de Transplantados de Corazón de Andalucía Ciudad Híspalis -coorganizadora de la celebración de la onomástica en el Virgen del Rocío- con su pasión por el fútbol. Según cuenta, va al estadio "incluso cuando llueve". Su secreto: "cuidarse un poco -de lo que confiesa que se ocupa sobre todo su mujer- y sonreír mucho".

Aunque es el más veterano, no es el único. Junto a él están Rodolfo Romero, de Zalamea (Huelva), que lleva casi 19 años transplantado y que se sacó la carrera de derecho tras la operación; Julián García Ramos, también con casi 19 años de transplante; Nicolás Morales, de Isla Mayor, con casi 17 y José Castro García, con más de 15. No son los únicos.

Como se recordó en el evento, el primer transplante de corazón en Sevilla se realizó en 1991, cuando la ciudad "se preparaba para la acoger la Expo 92". Gracias a una joven zaragozana, fallecida por una hemorragia cerebral, "y sobre todo gracias a su donación", hubo un corazón para José Antonio Domínguez, vecino de Moguer (Huelva) que llevaba ingresado tres semanas. Doce horas después sería el primer transplantado de corazón en Sevilla. El doctor Ordóñez, cirujano cardíaco que efectuó la operación, señaló que el procedimiento "estaba estudiado al milímetro".

Tras ese hito del año 91 llegarían muchos otros transplantes, para los que se desmonta el mito de que "sólo duran 10 años a lo sumo". Tal y como recuerda el doctor Ernesto Lage, no existe a priori ningún límite en su duración, siempre y cuando el enfermo se cuide debidamente. "Lo de los 10 años es sólo una media a grandes rasgos", señala. Por este motivo, la jornada tuvo la clara intencionalidad de insistir a los afectados en las medidas que deben seguir por el bien de la salud de sus nuevos corazones.

El doctor Pedro Pablo García de Luna, jefe de la unidad de Nutrición y Dietética, recalcó una norma muy sencilla, aplicable tanto a nivel terapéutico para los enfermos del corazón como a nivel preventivo para los sanos: "Volver a la dieta mediterránea, que se está perdiendo, es fundamental". Comer alimentos naturales, preparados de forma sencilla "a la manera de las abuelas" (muchas legumbres, frutas y verduras, algo de pan y cereales, pocas carnes y grasas animales), y el abandono del sedentarismo son la clave de una vida larga y sana. Según insistió, la dieta mediterránea no es sólo "cardiosaludable", es "saludable" integralmente, a todos los niveles.

La obesidad, multiplicada por dos en los últimos 30 años en España, está disparando las complicaciones asociadas como la diabetes y el colesterol. La "amplísima oferta" de alimentos, muchos de tipo industrial y "muy procesados", estaría detrás de este fenómeno, ayudado por el creciente sedentarismo. Todo ello ha llevado a las actuales cifras de sobrepeso infantil (el 30% de los niños sevillanos), prevalencia de obesidad abdominal, la más perjudicial (entre el 30% y el 50% de los hombres), o de índice medio de grasa corporal en torno a 27, siendo 25 el límite que marca el sobrepeso. Como receta única, preventiva y a la vez tratante de las enfermedades coronarias, aparece el ejercicio moderado unos minutos cada día (pasear, montar en bici o nadar), mantener una dieta saludable y, en su caso, abandonar el tabaco.

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