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Local

Lugares modernos

Entramos en un sitio nuevo, un lugar moderno de los que han abierto por el centro de la ciudad en los últimos meses. Creo que era la cafetería de un hotel recién estrenado. Poca decoración, pero pensada. Buen diseño, con colores adecuados y espacios atractivos.

el 15 sep 2009 / 04:07 h.

Entramos en un sitio nuevo, un lugar moderno de los que han abierto por el centro de la ciudad en los últimos meses. Creo que era la cafetería de un hotel recién estrenado. Poca decoración, pero pensada. Buen diseño, con colores adecuados y espacios atractivos. Nada estaba por casualidad, y todo se encontraba en su sitio. Personal atento y cuidadosamente vestido, bien entrenado. Vamos, un lugar costeado, de los que abundan por otros lares y empiezan a hacerlo por los nuestros. Para estar cómodo y sentirse distinguido. Paseando toda la familia, quisimos entrar, para verlo y probar lo que daban, que parecía apetecible. No admitían niños, aunque nos dejaban entrar a mirar. Nos fuimos, naturalmente, porque creemos que hay cosas que no son de recibo. Quizás esto forme parte de la clase y de la distinción que pretenden construir, pero también le quita naturalidad y comodidad.

Importamos estilos y diseños, pero importamos también los errores y los fallos. Elementos culturales ajenos a nuestra forma de ser, que nos hacen sentirnos incómodos y perplejos. Si algo tenemos de bueno en nuestra tierra es lo integrado que están los niños en nuestra vida, cómo nos acompañan a todas partes y cómo en todas son bienvenidos. Se soporta estoicamente cuando se ponen pesados, porque también tienen derecho a su lugar en el mundo. Nuestra vida social es con niño; así ellos la tienen, y nosotros podemos tenerla. No es tan malo.

Catedrático de Derecho del Trabajo

miguelrpr@ono.com

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