Menú
Cultura

Luis E. Aute: "Cada vez que acabo un disco, creo que es el último"

el 10 oct 2010 / 19:51 h.

-->--> -->

-Intemperie habla de la crisis que vivimos, pero también de la crisis interior del individuo. ¿Cuál de las dos tiene mejor arreglo?

-El universo es ya una crisis. Del big bang salió una crisis galáctica, y desde entonces todo es un gran caos. Y el ser humano es una contradicción en sí mismo: nace sin haberlo pedido, sin saber por qué, haciéndose preguntas. Cada individuo lleva su cruz y hace su vía crisis...

-Para los males de la economía ya hay muchos expertos. ¿Son los músicos, los poetas, quienes tienen que resolver los del alma?

-Sí, creo que sí. Por algún lado habrá que respirar, y me temo que no será por los caminos de la política, ni de la economía, sino en el ámbito de la sensibilidad, la creatividad y la imaginación.

-¿Se ha sentido alguna vez desde el escenario un médico?

-Médico, no. Psicólogo o psicoanalista, menos. Mis canciones, así me lo han hecho saber, han acompañado a la gente en momentos difíciles de su vida, han logrado que no se sientan tan solas. Con ser buena compañía me basta, no habrá sido inútil el esfuerzo.

-Todo cambia a ritmo vertiginoso. ¿Ha cambiado también su idea de la música?

-Está acabando una era, la era contemporánea que nació con la Revolución Francesa, y hasta aquí hemos llegado. Y estamos entrando en otra época, que no sé si llamar digital, o funeral, que se manifiesta en las crisis de pareja, de la comunicación, de la economía, de la creatividad, de la música... Entramos en la era de El si fuera...

-Claro que usted, a lo largo de tantas décadas, habrá visto de todo en la industria musical. ¿Puede sorprenderse todavía?

-Bueno, creo que la industria del disco ya no existe. Está desaparecida. Lo está absorbiendo todo internet, que marca un antes y un después. Ahora todo se hace por internet, desde transacciones financieras de alto rango hasta buscar pareja. Que viva la internetional.

-Pero internet y las nuevas tecnologías no han abolido del todo el concepto de canción. Aún hay gente que necesita esos artefactos de tres minutos que cuentan una historia o emocionan.

-En efecto, abolir las canciones sería como abolir el mismo sentido de la presencia del ser humano en el planeta. Las canciones y los poemas son necesidades del ser humano para justificar su existencia o entenderla. Si eso desaparece, no quedará nada. Todo sería una paradoja galáctica, una gran tomadura de pelo.

-Usted ha cantado en inglés, francés, italiano... ¿La globalización actual le refuerza en esa idea, o todo está ya visto?

-El bicho humano no cambia. Es el mismo hoy que hace siglos: una paradoja con patas. Es la conciencia de que el universo existe, es el testaferro del universo. Tiene los mismos miedos, los mismos dolores, las mismas dudas que ayer... Algo como la expulsión de los gitanos rumanos de Sarkozy es anecdótico. No es que la Historia se repita, es que siempre es lo mismo. Sólo nos quedan los eufemismos, palabras diferentes para nombrar lo mismo. El bicho humano es un hijo de puta para sí mismo.

-¿Qué le hace indignarse, saltar de la silla mientras lee el periódico o ve el telediario?

-Hacerme saltar es cada vez más difícil, porque va pesando el tiempo y eres consciente de todo eso que acabo de contarte. En este momento lo que más me toca es la propagación de la estulticia, la apoteosis de la estupidez. No se puede estar en esta época, con todo lo que ha ocurrido en el mundo, y ser más idiotas que nunca.

-Hace años le pregunté a su amigo Silvio Rodríguez qué haría si una mañana despierta y descubre que las musas le han abandonado, que ya no tiene nada que decir. ¿Qué haría usted?

-Me pasa una cosa, y es que cada vez que acabo de escribir canciones para un disco, tengo la absoluta seguridad de que es lo último que voy a hacer. Y así llevo 40 años. Luego va pasando el tiempo, te hace cosquillas un motivo o una idea, y vuelves a hacer nuevas canciones. Pero en este momento soy capaz de afirmar que éste será mi último disco.

  • 1