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Luis Fabiano puede con todo

Sufriendo hasta el final, el Sevilla hizo lo que no hacía desde el pasado 20 octubre: ganar lejos de casa. Y a fe que pudo aplazarse esta victoria, ya que ni con una renta de dos goles consiguió respirar antes del que el árbitro diese por finalizado el encuentro. (Foto: Morenatti)

el 14 sep 2009 / 23:37 h.

Sufriendo hasta el final, el Sevilla hizo lo que no hacía desde el pasado 20 octubre: ganar lejos de casa. Y a fe que pudo aplazarse esta victoria, ya que ni con una renta de dos goles consiguió respirar antes del que el árbitro diese por finalizado el encuentro. Pese a ello, los tres puntos tienen un gran valor.

De no haber tenido enfrente a un equipo que pasa por momentos difíciles, la victoria se habría resistido incluso más. Ver al Sevilla lejos del Sánchez Pizjuán es ver a otro equipo, mucho menos decidido a la hora de buscar al adversario y mucho menos contundente.

Pero para eso tiene jugadores como Luis Fabiano. El brasileño, con sus dos goles, hizo bueno el trabajo de los demás y encarriló un triunfo que no parecía fácil. Ocasiones para marcar tuvo muchas el Sevilla, pero también el Recre, que cayó con las botas puestas dejando claro que el equipo de Jiménez sigue siendo demasiado frágil.

Palop, el elegido, fue la principal novedad en el Nuevo Colombino, donde el Sevilla se presentó con muchas bajas -hasta ocho- y también expectativas. De Mul, casi inédito hasta la fecha, y Renato, que acompañó a Luis Fabiano en ataque -bofetada sin mano a Kerzhakov-, se unieron a él en el capítulo de novedades. Junto a sus compañeros, trataron de hincar el diente al Recreativo desde que el balón comenzó a rodar, pero la empresa costaba. En un campo bacheado y sin que nadie se tomase esto como una final, el Sevilla y el equipo de Víctor Muñoz dejaron claro por qué sufren tanto esta temporada.

Sin grandes errores ni alardes, los de Jiménez fueron ganando terreno pronto a su rival, que se jugó sus aspiraciones de victoria al contragolpe sin hacer daño. Es más, el único daño fue el que se hizo a sí mismo el Sevilla, y en concreto Mosquera, autoexpulsado tras ver dos amarillas, justas, en nueve minutos (31' y 40'). Hasta ese momento, Capel, Renato y Luis Fabiano tiraban del carro en ataque. El brasileño tuvo dos buenas ocasiones (22' y 28'), pero se topó con Sorrentino... hasta que llegó el minuto 45. Tras hacerse con el balón, sorteó a Martín Cáceres con un autopase y batió al portero de espectacular vaselina. Sin duda, uno de los goles de la temporada para un Sevilla que en esos instantes trataba de recomponerse tras la expulsión.

Jiménez sacó a Fazio en el descanso, quitó a De Mul e hizo caer a la derecha a Renato. Pese a su inferioridad numérica, el Sevilla pudo sentenciar el partido a base de contragolpes, pero se empeñó en jugar al filo de la navaja hasta el final. El Recre, que lo va a pasar mal si no cambia, le inquietó por momentos, pero la tremenda ansiedad que acusa lo maniató.

Ver cómo Sinama, que se coló entre los centrales, chutaba alto ante Palop (64') fue sintomático. También tuvo el empate Javi Guerrero, pero se encontró con Palop dentro del área, poco antes de lesionarse y abandonar el campo. En inferioridad también, al haber realizado los tres cambios, el Recre perdió incluso al recién entrado Martin, que vio la roja por una dura entrada a Poulsen.

Fue entonces cuando volvió a emerger la figura de Luis Fabiano, que marcó el 0-2 tras cabecear una falta sacada por Daniel (83'). Pero ni por esas: Beto hizo el 1-2 tras hacer lo mismo en el área sevillista. Otra vez a balón parado, y no cesa la sangría. Al final, la sombra del empate se volatilizó. Ahora, llega el Barcelona.

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