Sobre el minuto 37 la preocupación inundó el Sánchez Pizjuán. Luis Fabiano, uno de los jugadores más en forma del Sevilla y el más determinante, seguía en la camilla en la banda sin poder levantarse, hasta el punto de pedir el cambio. El delantero brasileño se retiró cojeando del campo camino de los vestuarios. Perea cayó encima de su tobillo izquierdo provocando “un esguince de grado 1-2”, según los médicos sevillistas.
Pero las noticias fueron mejorando conforme avanzaban las horas. Para empezar, el delantero brasileño pudo abandonar el estadio por su propio pie y sin ayuda de las muletas.
“Me duele mucho menos. En el momento me ha dolido mucho, creía que era más grave, pero estoy mejor. No es tan grave”, aseguró el internacional brasileño, que se mostraba confiado en su recuperación. “Creo que podré estar para el fin de semana ante el Barcelona. Para el partido ante el Racing será difícil, pero para el final de la semana quiero estar”, continuó el goleador, que se mostró tajante al ser cuestionado por la final de la Copa del Rey del 19 de mayo: “En la final estoy seguro”. Minutos más tarde confirmaba el sudamericano en su perfil de twitter que ya estaba “bien”. “Podéis estar tranquilos. Sólo ha sido un susto, pero ya estoy caminando. El guerrero volverá pronto”, aseguró.
El cuerpo médico, asimismo, confió en que pueda estar en el partido ante el Barcelona.