Un collage fotográfico resuelto a tijeretazos en un ritmo trepidante -casi cinematográfico- y reconvertido en una pintura de aires realistas servirá para orlar y timbrar la cartelería y el billetaje de la plaza de la Maestranza en la temporada 2010.
El cartel fue presentado ayer en el salón que alberga la amplia colección de arte contemporáneo que ha servido para poner fachada a los festejos celebrados en el coso del Baratillo desde 1994.
Luis Gordillo, un creador sevillano en la diáspora, se suma así al elenco de pintores vanguardistas proponiendo una obra a la que ahora le toca pasar el duro fielato de los cánones de esta ciudad, tan poco acostumbrada a salir de sus propios moldes.
Fue el propio pintor el encargado de presentar su obra, no sin antes alabar la labor del Real Cuerpo señalando que la apuesta vanguardista que realiza la corporación nobiliaria "es una aventura que necesita Sevilla, que siempre ha ido en plan horizontal, como su río, y necesita de cosas verticales que la saquen de la clásica modorra sevillana".
En cualquier caso, el autor reconoció que no es el cartel que habría pintado "si hubiera seguido mi línea". El miedo a no caer bien en la ciudad pesó más: "Mi primera idea era pintar un hombre con cuernos, pero era muy comprometido. Los toros en Sevilla son una cosa muy seria, un rito que hay que respetar. Finalmente, he hecho un cartel más llevadero por la Real Maestranza de Caballería y el pueblo de Sevilla".
Precisamente, el teniente de hermano mayor de la corporación nobiliaria, Alfonso Guajardo-Fajardo, bromeó sobre la habitual guasa sevillana diciendo que "en una semana le pondrán mote".
El teniente narró además los avatares del encargo, que tuvo su primer catalizador en el prestigioso pintor realista Antonio López, amigo de Luis Gordillo.
Por su parte, el cartelista explicó que la inspiración llegó "viendo la retransmisión de una corrida de toros por televisión; cogí la cámara de fotos y de ahí surgieron las primeras imágenes, que acabarían siendo las definitivas.
Luego fueron impresas digitalmente en una tela sobre la que
pinté después, dejando algunas zonas sin cubrir con color". Sin premeditación alguna, Gordillo había escogido al matador de toros sevillano Manuel Jesús El Cid: "Luego supe que se trataba de El Cid y que era muy querido en Sevilla".
Los aficionados más avezados y detallistas podrán reconocer en el cartel algunas de las escenas de la última corrida goyesca de la feria agosteña de Antequera.
Junto al Cid -vestido con un terno goyesco verde botella con pasamanería negra- también se retrata en algunas de las celdas al diestro madrileño Julián López El Juli, ataviado de nazareno y negro, e incluso se puede distinguir entrebarreras a los taurinos sevillanos Manuel Tornay y Santiago Ellauri, apoderados del diestro de Salteras.
Son algunas de las pequeñas sorpresas que brinda esta propuesta que a nadie dejará indiferente. Un cartel que se suma al amplio catálogo iniciado bajo el empeño decidido del recordado pintor y caballero maestrante Juan Maestre de León, que también apoyó la elección de escritores de primera línea para la redacción del pregón taurino del Domingo de Resurrección, menester que el 4 de abril llevará a término el filósofo francés Francis Wolff en el Lope de Vega.