El Ministerio de Medio Ambiente ha autorizado a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CH) a que los proyectos industriales sobre energías renovables (termosolar, en este caso) puedan comprar las concesiones de agua que pertenecen a los regantes. Esta decisión supone una excepción a la actual Ley de Aguas, que no permite el intercambio en las concesiones hacia actividades consideradas de menor prioridad, como es el uso industrial del agua respecto al regadío y al abastecimiento urbano.
El presidente de la CHG, Francisco Tapia, anunció ayer esta decisión de Medio Ambiente y aseguró que la Confederación ya está tramitando varias de entre las 20 y 30 peticiones que ha recibido el organismo de proyectos de energía termosolar en la cuenca del Guadalquivir, aunque no concretó la ubicación de estos proyectos.
Tapia detalló que estas instalaciones no requieren de cantidades ingentes de agua. "Un proyecto de 50 megavatios necesita un hectómetro cúbico al año", aseguró. El consumo en toda la cuenca asciende a 3.255 hectómetros.
Esta autorización beneficiará, en un principio, únicamente a la producción de energías renovables como la termosolar y la biomasa, aunque la Confederación no descarta que en un futuro no pueda dirigirse a otros tipos de producción energética, como las centrales térmicas de ciclo combinado. Este extremo podría levantar el veto a la instalación de este tipo que Sevillana-Endesa tiene proyectada en Sevilla puesto que el obstáculo que dio el portazo a esta central fue la decisión de la CHG de no otorgar a la compañía eléctrica una nueva concesión de agua para la planta.
La decisión sobre el cambio del uso en las concesiones tomada por el Ministerio de Medio Ambiente es una puerta que ya abrió la Directiva Marco de Agua, aprobada por Bruselas en julio 2000, y de hecho, la Consejería de Medio Ambiente anunció esta semana que la futura Ley de Aguas de Andalucía "flexibilizará los usos del recurso hídrico para garantizar que las energías verdes puedan tener acceso al recurso".
Los proyectos energéticos podrán adquirir el agua del regadío mediante la compra o el arrendamiento de terrenos que tengan concesiones de la CHG. Cada iniciativa energética podrá emplear un máximo del 80% del agua asignada a cada concesión, de modo que el 20% restante sirva de garantía para que no haya impacto ecológico en la cuenca, actualmente deficitaria.
