La buena noticia ayer en La Encarnación podía haber sido que las obras para recubrir de madera los parasoles del Metropol Parasol se retomarán en marzo, superando un parón de varios meses, después de que el último Pleno haya liberado 17 millones más para completar los 50 que llevan gastadas las arcas públicas en las setas. O que el semanario alemán Der Spiegel había dedicado un artículo a explicar la nueva técnica, patentada, para que la unión de las láminas soporte hasta 70 grados centígrados y se asegure así su estabilidad pese al calor de Sevilla. O los detalles del futuro Anticuarium que se financiará con casi 5 millones de euros del Plan 5.000 del Gobierno, y en el que se ha decidido no instalar techos, sino pintar de negro la parte superior para centrar más la atención en los restos de los siglos III y IV encontrados en el subsuelo, sobre los que se sigue trabajando. Por ejemplo, el arqueólogo Fernando Amores ha determinado que lo que se pensó que era una basílica paleocristiana no es tal, sino la casa de un empresario que vendía objetos litúrgicos.
Sin embargo, la visita de los concejales del PP Curro Pérez y Amidea Navarro no pudo sortear la polémica con el PSOE. Pese a la relativa cordialidad del largo paseo por entre las setas, guiado por el concejal de Urbanismo, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, al final Pérez sacó sus más afiladas armas: criticó el extra de 17 millones y dudó que ahí vayan a acabar los sobrecostes, se preguntó "a quién se le ocurre licitar una obra con el proyecto básico, sin saber cuánto va a costar" y tildó de "demencial" que no haya una fecha de finalización.
Criticó también que haya sido el PP quien ha pedido la visita, "ya que nadie nos invita a ninguna obra, y me alegro infinitamente de haber podido verla en la realidad y no sólo en planos. Por primera vez puedo entrar en una obra de la que se lleva hablando años y que me la expliquen los técnicos", dijo el concejal del PP. "Hay que poner sobre la mesa todos los datos y no me importa hacerlo con luz y taquígrafos", añadió en alusión a la presencia de la prensa, ya que el PP también se molestó porque fue el PSOE quien avisó de la visita a los periodistas.
Celis contraatacó negando la mayor: se alegró de la visita del PP asegurando que "tras cinco años ha estado bien que hayan querido conocer las entrañas del proyecto y dentro de la lógica crítica que ejerzan como oposición, creo que este es el camino. Espero encontrar siempre al PP en el camino de interesarse por los proyectos de la ciudad".
Además, avanzó que una vez retomada la colocación de lamas de madera, en breve se sabrá la fecha de finalización de la plaza situada a más de 20 metros de altura que enlaza los parasoles -lo más alto es un mirador de 28 metros al que los sevillanos entrarán gratis-, y el mercado de abastos. Este último estará en dos o tres meses, ya que apenas falta amueblar los puestos, pero no se abrirá al público si los técnicos no aseguran que no habrá ningún riesgo, ya que encima continuarán las obras. "Conforme empiecen a instalarse los parasoles se sabrán los tiempos; es complicado saberlo porque nunca se había hecho antes".
Los técnicos ya habían explicado a la visita la complejidad del proceso, que ha motivado el desfase en las cuentas. Les contaron que cada vez que se coloca sobre un punto de apoyo una nueva lama de madera, el cruce afecta al resto de la estructura y hay que volver a calcular las fuerzas que afectan a toda la seta. La madera se ha tratado con una capa de poliuretano -que hace que no parezca madera- para evitar que los cambios de temperatura la dilaten, porque los ajustados cálculos no podrían asumirlo.
