La cofradía de San Bernardo salió a plena luz del día bajo la atenta mirada de todos los vecinos del barrio, que admiraban con devoción y sentimiento a una de las hermandades con más tradición y solera del Miércoles Santo. Este año será especial por el recuerdo a José Álvarez Allende, párroco y director espiritual de la cofradía que entregó su esfuerzo y su tesón a la hermandad.
El puente de San Bernardo es uno de los lugares más bellos para contemplar esta procesión. El paso del Cristo de la Salud brillaba más que nunca bajo la atenta mirada de su capataz, que dirige el paso con tronío y pasión. El sol pegaba fuerte para los más de 2000 nazarenos que procesionaban escoltando a las imágenes. La túnica que portaban era de color morado, con un antifaz y capa de color negro.
La Virgen del Refugio, obra de Sebastián Rojas, procesionaba acompañada de clavales blancos con azahar en el palio. La alegría y el gozo reinaban a su paso. Algunos vecinos tiraban pétalos de rosas en señal de admiración y devoción a su Virgen, que caminaba entre varales junto a la banda de la Cruz Roja.