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Made in China

Cuando se supo que la crisis era inminente, los economistas dudaban si se produciría o no el desacople de las economías emergentes, es decir, en el caso de China, si el gigante asiático se vería arrastrado por el virus norteamericano. El virus acabó contagiando a todo el mundo...

el 16 sep 2009 / 07:30 h.

Cuando se supo que la crisis era inminente, los economistas dudaban si se produciría o no el desacople de las economías emergentes, es decir, en el caso de China, si el gigante asiático se vería arrastrado por el virus norteamericano. El virus acabó contagiando a todo el mundo, para estupefacción de los expertos. A aquel error de predicción se une ahora el de la salida; a pesar de la opinión de los mismos expertos, China se ha convertido en la locomotora de la salida de la crisis. En el segundo trimestre, el PIB creció un 7,9% y lo más sorprendente es que no se debe a la reactivación del llamado taller de occidente, sino a la demanda interna.

Lo que sigue desquiciando a la ortodoxia es que la economía china tiene mucho que ver con la dirección del PCCh, que llega a dominar hasta las políticas monetaria, bancaria y la inversión exterior; sorprende todavía más que en la República Popular no exista sanidad universal y que sólo hasta 2008 no rija una verdadera legislación laboral que proteja los derechos de los trabajadores, sin llegar, naturalmente a la libertad sindical. A pesar de ello, la baja calidad y precariedad en el empleo caracterizan ese mercado, aún sin ensañarse con la mujer ni los escasos inmigrantes. Todo el mundo ahora, sin la menor vergüenza crítica, se fija en el espectacular despegue chino.

¿Será el espejo de la CEOE? Según EUROSTAT, en la UE-15 España ocupa los últimos lugares en calidad de empleo. Unido al dato sobre el desempleo en el mismo ámbito, el Gobierno sale malparado, pero quienes fallan estrepitosamente son los empresarios que en definitiva crean los puestos de trabajo y determinan su calidad. Precisamente, ese malestar laboral español, lo sufren en primer lugar, aquellos más precarios: mujeres, inmigrantes y jóvenes y las víctimas de la economía inmobiliaria. Quizá la CEOE, conseguida la precariedad, quiera una economía dirigida por un PC, una banca y una política monetaria ídem, la desaparición de la Seguridad Social y los convenios colectivos, de camino los sindicatos. Así y todo, como en China, salvo talleres importados, tendrán que indemnizar con treinta días por año trabajado en caso de despido.

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