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Maeztu: “Chamizo tiene razón: El Defensor debe ser un martillo pilón”

El nuevo Defensor del Pueblo andaluz se reafirma en la crítica de su antecesor por el distanciamiento de los políticos de la calle. “Nadie me ve jubilado”, bromea.

el 24 may 2013 / 12:43 h.

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El pasado miércoles, pasadas las ocho de la tarde, el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, telefoneó a Jesús Maeztu, amigo suyo desde hace 30 años, para pedirle que aceptara el puesto de Defensor del Pueblo andaluz y sustituyera a otro amigo común, José Chamizo, que ha ocupado el cargo los últimos 17 años. Maeztu, que está a punto de cumplir 70 años, tuvo poco tiempo para pensárselo. Dio el sí a la mañana siguiente, y una hora después los tres grupos parlamentarios anunciaron su nombre en un comunicado conjunto. “Mis hijas se enteraron por los medios de comunicación”, ha reconocido esta mañana en una entrevista en Canal Sur. Por si hubiera alguna duda, el por ahora candidato a Defensor ha aclarado varias veces que su cometido será seguir la estela y la seña de identidad que Chamizo ha dejado en la institución. Maeztu no ha querido valorar las polémicas declaraciones con las que su antecesor se despidió del cargo. “Chamizo y yo somos dos orillas paralelas. Ha habido unanimidad entre los grupos políticos a la hora de elegir un perfil como el de Chamizo. Parece ser que nadie me ve jubilado”, ha bromeado.   Jesús Maeztu recogiendo la medalla de Andalucía en 2010. Jesús Maeztu recogiendo la medalla de Andalucía en 2010. Estaba a punto de jubilarse por segunda vez. Ya lo estuvo hace diez años cuando Manuel Chaves le convenció para que aceptara el puesto de comisionado para el Polígono Sur de Sevilla, uno de los barrios más desgastados social y económicamente de Andalucía. “Al Polígono Sur le quedan otros diez años, aún hay que quitar la frontera y dejar que Sevilla vea que aquello no es ya lo que era. Me voy moderadamente satisfecho”, admite. Maeztu ha descrito la institución del Defensor en la misma línea que lo hacía Chamizo, quizá con algo menos de sarcasmo. “En el 87 ya dije que el Defensor del pueblo no es el guerrero del antifaz, y lo repito. Chamizo tiene razón, el Defensor debe ser un martillo pilón. A mí la gente me dice que tengo un defecto, y es que soy muy jartible, no me levanto del despacho hasta que no consigo lo que quiero”, ha explicado. Para Maeztu, “el mundo político ha perdido contacto con la calle”, ha asegurado, recordando las palabras de su antecesor, que criticó directamente a los grupos políticos porque se pasaban el día con la bronca política, “la peleíta”, y eso generaba desafección en la ciudadanía. “Chamizo lo que quiere decir es que la política se haga eco de la demanda social. Si no defiendo esa idea, ¿qué Defensor voy a ser? Yo también creo que a este país le hace falta un repaso por la ética”. El nuevo Defensor llega con idea de prolongar el trabajo que ha hecho en el Polígono Sur, porque la dedicación y el compromiso son los mismos. “En el mundo de los pobres, como engañes, pierdes la confianza de la gente”. El Gobierno andaluz y los grupos, en aras de la austeridad, también han pactado reducir su oficina de cuatro a tres adjuntos al Defensor. Maeztu ha dicho que le encantaría “elegir a los adjuntos”. Él es un hombre que forma equipos de personas concienciadas y con un biorritmo parecido al suyo, así lo ha hecho en el Polígono Sur y está convencido de que es la única forma de que funcione, sobre todo cuando la tarea es amarga, difícil y compleja. “Los adjuntos deben ser propuestos por el Defensor y elegidos y votados por los grupos en el Parlamento. Debo poder proponer a alguien con el mismo perfil, si no cada uno defenderá su cortijo”, ha insistido, haciendo una velada crítica a una situación que también maniató la labor de Chamizo.

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