Menos de mes y medio. El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (conocido por Mafo), dijo ayer que las cajas inmersas en procesos de reestructuración deben publicar su nuevo consejo de administración y su equipo ejecutivo "antes de Navidades".
El mandato atañe tanto a las fusiones plenas como a las entidades que opten por un Sistema Institucional de Protección (SIP) o fusión fría, donde la sociedad central o conjunta es un banco.
Fernández Ordóñez, durante su intervención ayer en el X Encuentro Financiero Internacional de Caja Madrid y El País, comentó que las entidades que han recibido préstamos de recursos públicos habrán de respetar "rápida y escrupulosamente" los calendarios de integración acordados. Eso sí, al menos por ahora, "se están cumpliendo" los plazos para el diseño del nuevo mapa de las cajas, que reducirá sensiblemente el número de entidades y sucursales.
El gobernador recordó a las entidades financieras que han recurrido a las ayudas del Fondo de Reestructuración Bancaria Ordenada (FROB) que deberán devolverlas con un interés del 7,75%. Este fondo de rescate expira el 31 de diciembre -tras ser prorrogado en julio pasado-, de ahí las prisas del gobernador para que las fusiones se definan antes de Navidad, para que el supervisor tenga tiempo de examinar las operaciones y aprobar el desembolso oportuno. Cabe recordar, en este sentido, que estas ayudas se están mirando con lupa desde Bruselas.
Respecto a los SIP, el gobernador aseguró que las cajas de ahorros que han recurrido a esta fórmula jurídica de integración están ejecutando los procesos de forma algo más lenta que las fusiones tradicionales, por lo que, dijo, "tiene sentido que especifiquen antes de Navidades". Destacó que la incorporación de nuevas entidades a los SIP ya constituidos, como el caso de Cajasol en Banca Cívica (Caja Navarra, Caja Burgos y Caja Canarias), es "positiva" porque incrementa el tamaño de los grupos financieros. "Y en escenario actual [de dificultad para financiarse en los mercados de capital], es beneficioso".
Advirtió a los bancos y cajas que no han recibido tales ayudas de que "tampoco pueden quedarse quietos", pues la presión sobre los resultados "obliga imperiosamente" a reducir los costes, a aumentar la eficiencia y contrarrestar, en la medida de lo posible, la tendencia a la baja que revelan los beneficios.
Muchas de estas actuaciones, explicó el gobernador, son excepcionales, requieren muchos esfuerzos y tardarán en surtir efecto, pero "están en la dirección adecuada", por lo que es necesario que se asienten los cambios en la economía y se establezcan bases sólidas para que España vuelva a crecer y el sector bancario contribuya a ello, dijo.
Menos oficinas. Entre los principales retos que debe afrontar el sector financiero español Ordóñez citó la reducción de las redes de oficinas, algo que tildó de "imperativo" sobre todo para las cajas, inmersas en una profunda reestructuración que afecta a 40 de las 45 que integraban el sector en 13 procesos o uniones.
En cuanto a la calidad de los activos de la banca, otro de los retos del sector, no descartó que la morosidad siga repuntando. Se mostró convencido, además, de que bancos y cajas españoles tienen suficiente fortaleza para absorber las pérdidas hipotéticas derivadas de su elevada exposición al sector inmobiliario, como demostraron los test de estrés.
Rajoy contra la banca
El presidente del PP, Mariano Rajoy, criticó ayer que la normalización del flujo crediticio haya beneficiado a "algunas grandes empresas", a "algunas entidades financieras" y a la Administración central, mientras sigue "cerrado" para las pymes, las familias y los ayuntamientos. Lamentó que "algunas cosas" de la reestructuración de la banca, proceso que apoyó su partido y que él pactó con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, discurran con "demasiada lentitud".
