Economía

Mafo me aburre y otros me sulfuran

El sindicalista revela a la audiencia secretos de alcoba con Corbacho y Solbes

el 08 oct 2009 / 22:18 h.

El discurso del gobernador aburre a Toxo. "Siempre el mismo", ahí guardado en el ordenador y desempolvado cada dos por tres. "Espero no hablar más de él". Si quieren saber las intimidades de las negociaciones entre Corbacho, Solbes y los sindicatos, presten atención, el líder de CCOO las revela.

Una alfombra laboral recibió ayer al sindicalista Ignacio Fernández Toxo. Era una Sevilla colapsada por la huelga del metal, don de la oportunidad, el secretario general de Comisiones Obreras procede precisamente de esta industria, cuyos trabajadores están curtidos en cortes de tráfico, prende este neumático allí, otros tres en cada punto cardinal de la ciudad, hecho el caos, al conductor atrapado no se le olvidarán las reivindicaciones.

Toxo rezuma aires de profesor, pelo y bigote canos, gafas doradas, chaqueta y corbata con las que no se siente a gusto, hoy en cambio toca, es su mono de trabajo, no el del tajo, ni el de Bazán, donde estuvo empleado, sino el de las conferencias. De hablar pausado, sus silencios recuerdan a los de Jesús Quintero, El Loco de la Colina, si bien más cortos. "No soy de protocolos, dénse todos por saludados". No hizo distinciones entre autoridades y el común de los mortales, casi doscientos en el salón.

Entre los presentes destaquemos a una autoridad. Antonio Rodrigo Torrijos, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento hispalense, de Izquierda Unida, ex secretario general de CCOO-Sevilla y de los críticos del sindicato. Toxo es oficialista pero arrebató a José María Fidalgo el liderazgo con la bendición de estos últimos. ¿Habría asistido si el ponente hubiera sido el ahora desbancado?

El patrón de los patronos andaluces, Santiago Herrero, también asiste, detalle simbólico donde los haya, habida cuenta de las pésimas relaciones entre empresarios y sindicatos, y más si se tiene en cuenta que ejerce en la CEOE un papel relevante en las negociaciones con los obreros -preside su Comisión de Relaciones Laborales-. ¿El andaluz manda mucho en la patronal nacional? "Tiene una voz muy activa", dice Toxo, aunque resulta difícil saber si la respuesta contiene certeza, ironía o con deseo de que aquél se calle.

Se presupone que es un discurso sindical más, no es así. Callado auditorio, el conferenciante habla de los errores económicos pasados y que se queden en palabras que se lleva el viento el deseo de que, después de la crisis, seremos todos mejores, dénse por aludidos principalmente los banqueros.

CCOO es única, aclaró el sindicalista, pero la unidad de acción con su hermana, la UGT, es ahora más necesaria que nunca, porque nadie perdonaría que, con la que está cayendo, hicieran el viaje por separado. Manuel Pastrana, secretario general de la central ugetista en Andalucía, quien propugna movilizaciones contundentes y que en su día citó incluso la huelga general para después suavizar semejante llamamiento, lo escuchaba. Para Toxo, de paro masivo contra Zapatero, ni hablar.

De hecho, tres veces sentenció que "alguien" quería que los sindicatos le hicieran, con una convocatoria de huelga, "su trabajo". El primer alguien es el empresariado, el segundo, el PP, y el tercero, quien aspire a desembarcar en el Gobierno sin currárselo y después, llegado al poder, no respete los derechos conquistados por los trabajadores.

Martillo y pasta. El silencio del salón es roto por el martillo de una obra cercana, mientras que Toxo habla de precariedad en el tajo y de salarios. Por cierto, a ver si en casa de herrero, cuchara de palo. ¿Toxo se ha congelado el sueldo, siguiendo la tendencia de moderación de los salarios de los funcionarios y su propuesta para amoldar las subidas a la evolución económica y a la situación particular de cada empresa y cada sector? Su emolumento se ha incrementado según dicta el convenio de su sindicato, que recoge, "según creo", la inflación real, "aunque no estoy muy seguro".

Pero para "pasta", indicó el sindicalista, la que ha puesto el Gobierno para garantizar las prestaciones por desempleo, un ejemplo de política social y de su compromiso con quienes más sufren esta crisis económica.¿Hemos dicho crisis? Acerquemos las orejas, prestemos atención, Fernández Toxo nos revela secretos de alcoba de las negociaciones con el Ejecutivo, de ésas que no se tendrían que contar, pero estamos en familia.

A finales de julio de 2008, cuando ya era evidente la crisis, hubo un rifirrafe con el Ministerio que dirige Corbacho, el de Trabajo, porque en un documento se negaba a incluir tal vocablo. Mientras, el ex ministro de Economía Pedro Solbes insistía a los sindicatos que la cosa era para seis meses, caída en picado al principio, disparada escalada de recuperación, es la teoría de la uve. Y esta negativa de lo que era evidente, reconoció el secretario general de CCOO, ha sido un lastre para el Ejecutivo, que le llevó a adoptar medidas sólo para el corto plazo.

Y de Miguel Ángel Fernández Ordóñez (Mafo), ¿qué? Sobre las declaraciones de éste reclamando reformas estructurales para la economía, entre ellas la laboral, Toxo ironizó diciendo que el gobernador del Banco de España ya "me aburre", que su discurso debe tenerlo archivado en el ordenador desde los años ochenta y que se dedique más a vigilar el funcionamiento del sistema financiero y a gestionar el fondo de reestructuración (FROB), que es para lo que está. Ahí queda, le faltó decir.

Si los consejos de Fernández Ordóñez se tuvieran en cuenta y se ejecutaran, caminaríamos, alertó, hacia un conflicto de grandes proporciones "del que no saldríamos nadie". Dejémoslo aquí, que la cosa se calienta.

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