Cuando todavía escuece en Sevilla el último adelanto por la izquierda que le ha hecho Málaga, llevándose a la Costa del Sol la delegación del Centro Pompidou que Juan Ignacio Zoido pregonaba para el hipotético futuro edificio del mercado de la Puerta de la Carne, una vez restaurado, el alcalde malagueño Francisco de la Torre (para más inri, compañero de partido del mandatario sevillano) ha vuelto a raspar la herida. Esta vez ha declarado que la futura sede del Centro Pompidou en la capital malagueña fortalecerá no solamente a Málaga, sino a toda Andalucía, motivo por el cual se ha mostrado seguro de que el resto de ciudades verán este proyecto con simpatía. Una seguridad que las casas de apuestas no tasarían muy alto. Sobre las declaraciones de su homólogo sevillano y presidente del PP-A, Juan Ignacio Zoido, al ser cuestionado por esta iniciativa, De la Torre ha dicho que no fueron acertadas y no venían al caso, aunque les ha restado importancia, puesto que solo trataba de poner el acento en que había encontrado una Sevilla carente de proyectos preparados. El regidor hispalense había llegado a decir que, aunque se construya en otras ciudades, jamás tendrán lo que tiene Sevilla. De la Torre ha vuelto a apostar por el eje Málaga-Sevilla, pero, para ello, ha considerado que es necesario una autonomía más descentralizada, de modo que todas las ciudades se sientan cómodas dentro de Andalucía, puesto que, según ha admitido, ahora se siente incomodísimo. De esta manera, se conseguiría generar una fluidez permanente de relación desde el punto de vista cultural, económico, empresarial, turístico, deportivo.... Comoquiera que el dribling de Málaga a Sevilla con el asunto Pompidou se produce después de que le hiciera la misma jugada con el Museo Thyssen, la imagen de la capital hispalense empieza a oler a alcanfor y a melancolía histórica, frente a una Málaga que está a la que salta, a la vanguardia de las ocasiones que se presentan en todos los ámbitos, en particular los culturales. El objetivo de Zoido es ahora que no se lo hagan una tercera vez, cosa perfectamente posible si no se deja de ambages y amarra de una vez para Sevilla la valiosa colección de pintura y escultura que Mariano Bellver lleva una década ofreciendo a la ciudad, pero que, a poco que el propietario se canse de ofrecer en vano, bien puede acabar en otra ciudad Málaga ha coqueteado con esta idea o sencillamente en una casa de subastas. La única realidad que maneja Sevilla a fecha de hoy es que va a convertir el antiguo mercado de la Puerta de la Carne en otro centro comercial más, que parece el final cantado de todo edificio histórico sevillano de un tiempo a esta parte.
