La Junta y el Ayuntamiento de Málaga se han dado cuatro años para convertir la capital costasoleña en el mayor referente cultural urbano del Mediterráneo. Pretenden lograrlo con un nuevo plan turístico dotado de 22 millones y que pivota sobre la figura de Picasso. Sobre todo, se rompe el corsé el modelo caduco y limitado del sol y la playa.
El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, acudió ayer personalmente a Málaga para presentar el proyecto ante más de un centenar de representantes del sector turístico. El primer Plan Turístico de Málaga, explicó, contempla una inversión de 22,2 millones de euros a repartir en los próximos cuatro años. La idea es potenciar la oferta cultural, que cree un "binomio perfecto" con la de playa. Su gobierno pondrá el 60% y el resto (40%) será responsabilidad del Consistorio malagueño, representado ayer por su alcalde, Francisco de la Torre. Este "esfuerzo común", destacó Griñán, debe hacer que Málaga "quede bien preparada para dar un salto cualitativo en competitividad", partiendo de la "notable" red de infraestructuras, comunicación y alojamiento de que ya dispone.
Para abrirse paso en los circuitos internacionales, las actuaciones se emprenderán de inmediato. Para comenzar, se invertirán 7,5 millones en la revitalización del entorno del Museo Picasso y su Casa Natal; otros 4,17 millones serán para la "adecuación y tematización" de las calles aledañas al museo y 6,5 millones más, para la mejora del entorno de la Catedral, con lo que se creará un corredor cultural que conectará con el puerto y el futuro Palmeral de las Sorpresas. Una cifra similar se invertirá en miradores en El Palo y Huelin y en prolongar el paseo marítimo, una apuesta que se completa con la campaña de 1,5 millones en mercadotecnia, que tiene como eje la llegada de grandes cruceros y la venta de la marca "Málaga, ciudad genial". Cultura, deporte, ocio, economía y sol serán los grandes valores de esta nueva Málaga "cosmopolita y de vanguardia".
